Llodio y Elciego levantarán las primeras viviendas públicas de madera de Álava

La ventaja en ambos casos es que se trata de sistemas de construcción «industrializados». Eso significa que la mayor parte de la estructura se construye a cubierto, en un pabellón, y después se traslada a la ubicación elegida. Allí, lo que se hace es el ensamblaje de los módulos. Eso supone un ahorro de costes, agua y tiempo. Además, la construcción en madera cumple los requisitos técnicos pera este tipo de edificios.

Otra de las ventajas de este método es que se trata de «proyectos colaborativos». Las empresas que diseñan los edificios trabajan mano a mano con las constructoras desde una etapa muy inicial para conseguir que todo encaje a la perfección.

La promoción de Llodio, que se encuentra en una fase muy preliminar, acaba de iniciar la contratación para redactar el proyecto. Será un edificio que se levantará el solar que quedó libre tras el derribo del número 10 de la calle Goikoplaza. El bloque se incluye en el paquete de 85 pisos de protección oficial que levantará el Gobierno vasco en la zona, y que se completará con otra promoción de 56 viviendas en el parking de Odeibar (de construcción convencional) para las que ya se está redactando el proyecto. En total, Lakua tiene previsto invertir 12,5 millones de euros en las dos promociones y poner fin a la sequía de obra de vivienda pública que sufre la segunda localidad alavesa desde 2011, cuando se entregó la última promoción de este tipo, de 173 viviendas en Apaloeta.

En el caso de Elciego, el Ayuntamiento ha tenido que hacer un trabajo previo de adecuación de la normativa urbanística para permitir la construcción del bloque de 14 pisos que también se destinará al alquiler.

La primera experiencia con la madera como material estructural que llevó a cabo el Gobierno vasco fue en 2017 en un bloque de 65 viviendas en Hondarribi. Se usaron paneles de madera contralaminada de pino radiata procedente de los bosques del entorno en las paredes, forjados y escaleras. Los paneles de madera se recubrieron de yeso para que su aspecto fuera semejante al de una construcción habitual, pero en el interior de las estancias se notan «sus beneficios en cuestiones como la regulación de la humedad o la purificación del aire».

Sus cualidades de resistencia, aislamiento y consumo energético hacen que los edificios alcancen un estándar «muy cercano al 'passivhaus', de consumo energético casi nulo».