Jagoba Luengas: «Glavista solo tiene futuro si se queda en manos de la plantilla»
El cierre de la empresa, con 200 trabajadores supondría un duro golpe para el tejido industrial de Ayala. El abogado Jagoba Luengas tiene una propuesta para evitarlo
El previsible cierre de Glavista, dedicada a la fabricación de parabrisas, pondría en una difícil situación a los 200 trabajadores que quedan en la plantilla. ... Sus empleos están en grave peligro. Su despido agravaría las tensiones en una zona sometida ya al traslado del almacén de Lidl a Nanclares y el cierre de empresas como Vicalde y Lipmesa en Llodio o Valvospain en Amurrio, sin contar los pequeños talleres afectados por la caída de pedidos y la crisis de la cadena de suministros.
No es extraño en Llodio este panorama de crisis encadenadas. Tampoco para Jagoba Luengas, conocido en la zona por su especialidad como abogado laborista con experiencia en conflictos como la huelga de Tubacex. A cada paso, alguien le saluda y alguno le pregunta por Glavista, porque está personado en el proceso concursal de la vidriera, que ha iniciado ya su liquidación. «Informamos a unos sesenta trabajadores de lo que está ocurriendo en el concurso», aclara.
«Nuestra prioridad es mantener los puestos de trabajo, no que se cobre la máxima indemnización»
En las manifestaciones, la plantilla culpa a Guardian, su empresa matriz, de la situación. «Es una operación diseñada. Guardian vendió hace dos años la sección de parabrisas a Parter Capital. Es una forma de hacer ya conocida para no asumir responsabilidades. La Ley Concursal se diseñó para que el que entra, salga indemne, pero hay aspectos aprovechables», analiza el abogado.
De hecho, el cierre no parecía probable en junio, cuando Amine presentó una oferta. «No tenía recorrido. Se retiró de inmediato, en cuanto la admitió el Juzgado», explica. En esas circunstancias, Luengas entiende que se debería haber solicitado un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) de extinción. Pero se pidió un nuevo ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) que duró hasta finales de septiembre. «Perjudica a los trabajadores porque van a estar meses sin cobrar y sin acceder a las ayudas del Fondo de Garantía Salarial, más altas que las del Servicio Público de Empleo Estatal», apunta. Respecto a la reapertura de las conversaciones entre Guardian y Amine, asegura que «no me parece serio. Me extraña que no tuvieran nada apalabrado antes de ofertar».
Puestos de trabajo
La táctica sindical se basa ahora en prolongar el proceso reclamando documentación, lo que ha provocado la paralización del periodo de consultas de los despidos. «Es la estrategia clásica, pero va con retraso porque esa documentación se podía haber pedido cuando se presentó el primer ERTE. Alarga el plazo para cobrar la máxima indemnización», detalla.
Su propuesta se encamina en otro sentido, novedoso en los concursos de acreedores. «La prioridad es mantener los puestos de trabajo y abogo porque la plantilla se quede con la empresa por 50.000 euros, como planeaba la oferta de Amine, que negocien la deuda de 436.000 euros con la Seguridad Social e incluso consigan ayudas por mantener la actividad», descubre.
El abogado reconoce que «los sindicatos no se dedican a crear empresas, pero esta es la garantía de que se mantenga el empleo y nos da un manual de actuación para otros concursos en los que esta fórmula sea posible», añade el especialista. A su entender, es la mejor opción para mantener el tejido industrial, aunque seguramente no sería en Llodio. «Ya estudiamos los pabellones de Lidl, pero están vendidos», aseguró.
- No parece fácil si Guardian no quiere vender ni alquilar los terrenos. Lo ha dejado muy claro.
- Puede que Guardian quiera quedarse con la maquinaria en la fase de liquidación. Así, podría empezar de nuevo la actividad desde cero, pero es difícil demostrar esa relación. Es algo que se tenía que haber hecho en 2020 cuando vendió a Parter, pero no se hizo.
- ¿Entonces?
- Queremos evitar que venga otra empresa y se lleve la planta. Nuestro objetivo es la continuidad de Glavista.
- Eso exige el sacrificio económico de los trabajadores.
- Pueden disponer de liquidez enseguida si cerramos el ERE con acuerdo capitalizando el paro y los cobros del Fogasa y pueden pedir ayudas institucionales. Tienen el conocimiento para hacer funcionar la fábrica, las máquinas, a los proveedores, a los clientes y las formas de trabajar.
- La plantilla corea en sus manifestaciones que «la expropiación es la solución» ¿Qué le parece?
- Yo soy experto laboralista. No sé cómo se podría articular, pero incluso en ese caso, ¿quién iba a gestionar la empresa?. ¿Un tercero?, ¿Y si vuelve a ocurrir lo mismo?. La única alternativa para mantener el arraigo es que se quede en manos de los trabajadores.
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