La casa del guarda del Refor de Amurrio se queda sin tejado
El edificio lleva abandonado desde 1982, cuando el complejo pasó a manos de la Diputación, y su estructura no ha registrado reformas
La falta de atención y mantenimiento durante décadas ha provocado el colapso del tejado de la casa del guarda del Refor en Amurrio. Gontzal Oribe, ... miembro de la asociación etnológica Aztarna, ha dado la voz de alarma. Como cientos de personas, pasa a menudo por las inmediaciones del recinto deportivo y cultural de referencia del municipio y observó cómo este edificio, que apenas asoma entre las hierbas frente al aparcamiento, había perdido gran parte de su cubierta. Un hundimiento que pudo producirse al principio del otoño.
El bloque lleva vacío desde 1982, cuando la propiedad de todo el complejo pasó a manos de la Diputación. La Administración foral lo recibió de la congregación religiosa de Terciarios Capuchinos, que lo gestionó durante más de seis décadas. La casa del guarda es un recinto con un pequeño anexo situado a la entrada de la finca que hasta principios de los ochenta acogió a la familia Iturburu. Estos se encargaron del cuidado de las instalaciones, aunque en los últimos años apenas existió actividad.
Desde 1920
Oribe se pregunta si «hay aún posibilidad de evitar que desaparezca del patrimonio amurriarra» y, al hilo de esa reflexión, cuestiona los planes para «levantar el nuevo acceso al Refor por medio de un nuevo puente sobre el río Nervión, proyecto ideado, pero sin construir, desde los tiempos en que Pablo Isasi era alcalde».
La casa del guarda forma parte del Refor que, como muchos recuerdan, durante años fue un ejemplo de aplicación de técnicas psicológicas en la rehabilitación de los menores que acogía. La Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos, que lo gestionó desde 1920, implantó métodos de Psicología científica y Psicotecnia que con el tiempo se fueron extendiendo más allá de Amurrio, para aplicarse en empresas, practicar exámenes psicotécnicos a particulares, escuelas y trabajadores que aspiraban a incorporarse a las empresas de la zona.
En sus instalaciones se aplicaron novedosas técnicas de Psicología científica y Psicotecnia a los menores internados
El edificio contaba con talleres, laboratorio de psicología experimental, capilla, campo de deportes y un buen número de dormitorios bien instalados, además de huerta, árboles frutales, granja avícola, frontón, salón-teatro y varios jardines. Todas las instalaciones se vigilaban desde la casa del guarda, la que acaba de perder su tejado. Las sucesivas rehabilitaciones del edificio han contribuido a cambiar su diseño interior, pero no se había tenido en consideración la casa que da entrada el recinto, ahora sin techumbre.
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