Los ataques de lobos en Álava se multiplican por diez
La Diputación atribuye a una pareja de ejemplares jóvenes la muerte de 106 animales este año. No se plantea batidas, sino ayudas en la compra de mastines protectores
Judith Romero
Viernes, 29 de noviembre 2019
Los lobos se han convertido en una de las mayores preocupaciones de los ganaderos de las zonas de Sierra Salvada, Árcamo y Guibijo. Los ataques, que se atribuyen a una pareja de ejemplares jóvenes que cruza la muga entre Burgos y Álava, se han multiplicado por diez respecto a ejercicios precedentes. En lo que va de año, explicó ayer el diputado foral de Agricultura, Eduardo Aguinaco, se han contabilizado 222 animales muertos, heridos o desaparecidos. Y no solo ovejas. También vacas o caballos. Hecho éste –atacar a ganado mayor– que se atribuye a la falta de experiencia cazadora de los cánidos.
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El crecimiento de la estadística de incidentes ha sorprendido a los técnicos. En 2016 hubo solo uno. En 2018, seis. Y este año se han disparado especialmente desde el mes de mayo. Hasta el pasado 13 de noviembre, la Diputación tiene constancia de 68 ataques que han provocado 106 muertes entre el ganado, algunas de ellas no peritadas. Si a estos animales fallecidos se suman los que han resultado heridos o han desaparecido como consecuencia de los asaltos, la cifra de víctimas asciende a las 222 que apuntó el diputado foral. Otro aspecto que ha sorprendido a los técnicos es que los ataques no sólo han sido contra ganado caprino y ovino, sino también contra vacuno y equino. Incluso los ganaderos que han bajado a sus animales del monte y los han acercado a sus pueblos han seguido sufriendo los estragos de estos ataques.
Tras recibir cartas de los Ayuntamientos de Kuartango y Urkabustaiz y las firmas de 55 ganaderos altamente preocupados por estos ataques, el Departamento foral de Agricultura busca la forma de asegurar la seguridad del mayor número de animales y que estos puedan seguir pastando en el monte. Además de pagos por lucro cesante para los pastores que actúan en esta zona lobera y actualizar las indemnizaciones por daños –cuya tramitación se simplificará–, se plantea 'radiomarcar' el ganado con GPSpara localizarlo y cuidar de él con perros de guarda.
En este sentido, la Diputación estudia la creación de una bolsa de ayudas –con un presupuesto de 35.000 euros– para la compra de estos animales, normalmente perros mastines. Junto a esta iniciativa se pretende editar un manual de buenas prácticas sobre cómo manejarlos, y también se informaría a senderistas sobre la necesidad de mantenerse lejos de los rebaños para evitar posibles ataques de estos perros, que a veces se enfrentan al hombre.
Cebos envenenados
«Estamos trabajando con un plan de ayudas en cierres, pastores eléctricos y desbroces que permitan recoger al ganado por la noche, y también en el control de perros asilvestrados», señaló ayer Aguinaco. Los ataques de algunos de estos canes pueden confundirse con los de un lobo a simple vista, pero los peritos los disciernen con claridad y atribuyen los 222 ataques a lobos.
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Las zonas más afectadas son las sierras de Árcamo, Salvada y Guibijo. Los lobos llegan desde Burgos
«Nuestros técnicos no entienden que el lobo deba ser declarados en peligro de extinción»
Josean Galera, Medio Ambiente
¿Qué hacer para atajar al lobo? La Diputación no piensa en ningún caso en batidas, pero asociaciones proteccionistas como Ekologistak Martxan han denunciado otros intentos de erradicar la presencia del cánido. En concreto, han alertado de la presencia de cebos envenenados en la zona de Uzkiano y Guibijo, así como de esperas ilegales para su caza. La Diputación confirmó que su guarderío identificó un cebo y que la Ertzaintza investiga el caso. Eso sí, desmintió las esperas o la aparición de cadáver alguno.
Los dos lobos que están complicando la labor de los ganaderos este año son una pareja dispersante de Castilla y León que se mueve entre Burgos y Álava con frecuencia y, aunque hace unos meses también se avistó un ejemplar en una zona cercana de Navarra, su presencia fue «testimonial». En todo caso, desde Medio Ambiente se considera que no se trata de una especia amenazada. «Nuestros técnicos no entienden que esta especie pueda ser declarada en peligro de extinción», apuntó el diputado del área, Josean Galera.
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