Archivan la agresión de negacionistas a usuarios del tranvía de Vitoria que les pidieron ponerse la mascarilla
Dos denunciantes declaran en el juicio rápido que la única sospechosa no les atacó. Una docena de adolescentes escupió y pegó a los pasajeros al grito de «el covid no existe»
La tarde del sábado 2 de enero, con la pandemia desbocada, una docena de adolescentes agredió y escupió a usuarios del tranvía que les llamaron ... la atención por no portar mascarilla. Al menos causaron contusiones a tres pasajeros. Dos de ellos denunciaron a la Ertzaintza, que llegó a identificar a tres sospechosos, unos jóvenes domiciliados en Mondragón. Ayer, jueves, les tocó pasar por el Palacio de Justicia de la capital alavesa.
Bueno, sólo acudió una de las sospechosas al juicio rápido fijado por Instrucción 2. También testificaron dos de las personas atacadas. Relataron que aquella tarde, un numeroso grupo de jóvenes se subió al metro ligero «en la parada de Parlamento». Muchos no portaban mascarillas pese a que el covid andaba desatado.
«Cuando les llamamos la atención, gritaron 'el covid no existe'», especificó una de las denunciantes. Al parar en el Boulevard de Euskalherria, frente a la estación de autobuses, el marido de esta mujer recibió «un escupitajo», por lo que les pidió explicaciones. «Salí a la parada y me recibieron como las hienas. Me envolvieron, si me llegan a tirar al suelo no salgo de allí. Menos mal que tengo nociones de artes marciales», apuntó. Su mujer le agarró y logró meterle de nuevo en el vagón.
Afea a la sospechosa
También agredieron a otro chico, que sufrió «un ataque de ansiedad». Ayer no acudió a la vista celebrada en la segunda planta de este edificio de la Avenida de Gasteiz.
Ertzainas identificaron aquella fría tarde-noche a tres chicos de Mondragón. Una declaró ayer como imputada. «Salíamos de marcha de una discoteca. Nos acompañaba un grupo de Eibar que habíamos conocido dentro. Ellos fueron los que pegaron, no nosotros». Los denunciantes corroboraron que ella no participó. Sin más sospechosos y tras afear a la chica por no ayudar a los investigadores a identificar a los autores, la jueza Cristina Rodríguez archivó la causa.
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