Arasur roza el 100% de su capacidad tras 14 años de escasa actividad y dudas sobre el futuro

«2019 ha sido un muy buen año para la plataforma y el próximo seguirá en esa línea, además lo empezaremos con noticias importantes», asegura a EL CORREO el presidente del consejo de administración de Arasur, Peio Ruiz. Porque en los primeros meses de 2020 está previsto que se ponga en marcha el centro logístico de la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (ABRA), en una nave de 3.000 metros cuadrados en la que almacenarán los 'stocks' de botellas de las firmas vitivinícolas con el fin de poder dar una respuesta más rápida a los mercados.

La estratégica ubicación de Arasur, en el cruce de la AP-1 y la AP-68 y cerca del polígono de Júndiz –el más extenso de Euskadi, con siete millones de metros cuadrados– y el aeropuerto de Foronda, está siendo muy tenida en cuenta en los últimos tiempos por empresas de logística y transporte «y también industrias como Gestamp –proveedor de referencia para casi todos los fabricantes de vehículos–», apunta Ruiz. Y la ocupación se ha incrementado de manera considerable, hasta el punto de rozar «ya» el 100% de capacidad de la superficie construida. Apenas queda sin ocupar la futura nave de ABRA y otra más, pero también pronto podría tener inquilino porque los rectores de Arasur negocian la llegada dos nuevos proyectos empresariales. Uno de ellos, además, apostaría por hacer una nueva construcción y terreno libre sigue habiendo, en concreto alrededor de 70 hectáreas.

Tras 14 años de travesía en el desierto, con más sombras que luces en torno a la gestión de la plataforma logística de Ribabellosa e incluso dudas sobre su futuro –primero por la crisis económica y sobre todo cuando la Autoridad Portuaria de Bilbao decidió a finales de 2010 instalar un 'puerto seco' en Pancorbo (Burgos), a 12 kilómetros de la infraestructura alavesa–, «ahora nuestras instalaciones son una referencia y la colaboración público-privada nos ha permitido darle la vuelta a la situación». Como a veces suele decir Peio Ruiz, «el patito feo se ha convertido en un cisne».

Y en esta transformación ha tenido que ver, destaca, la llegada de importantes compañías a Arasur en los últimos años, principalmente para desarrollar actividades logísticas. Así, se han establecido la firma danesa de transporte DSV, una de las cinco grandes del sector a nivel mundial; Aernnova, que desarrolla en esos terrenos labores de logística de materiales y gestión de utillaje; o Bridgestone, con una nave 'reguladora' de neumáticos y un total de 40 muelles de carga para optimizar y dar servicio a los procesos de almacenaje y transporte de ruedas en sus plantas vizcaínas de Basauri y Usansolo o las que tiene en Cantabria o Burgos. A ellas se suman otras firmas establecidas con anterioridad como Gefco o MRW.

«Pero el componente industrial también es importante para nosotros», señala el máximo responsable de la plataforma. Y esta actividad productiva la desarrolla «a pleno rendimiento» la planta de Gestamp, con alrededor de 120 trabajadores –la mitad de los empleos que se generan en Arasur– «y unas máquinas de corte por láser de último modelo».

Antes de acabar el año, el parque solar, el mayor de Euskadi que ocupa 55 hectáreas y comenzó a instalar en julio los 67.000 paneles, se conectará a la red –primero a través de un transformador que hay en Ribabellosa y después a la subestación de Red Eléctrica Española en el polígono mirandés de Bayas– y empezarán las pruebas previas para generar energía y empezar a comercializarla. La infraestructura que gestionan el Gobierno de Lakua a través del Ente Vasco de Energía y el grupo Krean –integrado en la Corporación Mondragón– dará servicio a 15.000 hogares. Se han invertido 24 millones de euros.