Encuentran el cadáver de un hombre de 92 años que llevaba dos meses muerto en su casa de Vitoria
Los vecinos se quejaron del olor y al tirar la puerta abajo, agentes locales hallaron el cuerpo. La autopsia marca febrero como fecha probable de su muerte «por causas naturales»
Una llamada al 092 sacó a la luz la tarde del jueves el último caso de un vitoriano fallecido en soledad y sin que nadie ... que le echara en falta. El administrador de fincas de un portal de Ariznabarra trasladó a la Policía Local la preocupación entre los habitantes por el «hedor» que parecía emanar de un piso. Justo el mismo en el que residía un hombre de 92 años al que hacía semanas que nadie veía.
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Efectivos de la Policía Local echaron la puerta abajo y se encontraron el cadáver. «Por su estado llevaba tiempo muerto», deslizan fuentes internas de la comisaría de Aguirrelanda. La Ertzaintza se hizo cargo del caso y constató la «falta de evidencias» de una muerte violenta.
Tras recibir el beneplácito del Juzgado de Instrucción número 1, el cuerpo fue trasladado al instituto anatómico forense en el Palacio de Justicia, ubicado en la Avenida de Gasteiz. Allí, los expertos forenses le practicaron la pertinente autopsia.
Según ha sabido este periódico de medios judiciales, el primer resultado de estas pruebas certificó las «causas naturales» como motivo del fallecimiento. A falta de conocerse los resultados definitivos del examen médico, el momento más probable de la muerte se sitúa «hace dos meses» como mínimo. Es decir, la primera quincena de febrero.
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El administrador de fincas telefoneó al 092 por el «hedor» que salía del interior de la vivienda
desasosiego en el bloque
El fallecido vivía solo en este inmueble. Al parecer no tenía hijos ni tampoco hermanos vivos, aunque sí un sobrino, del que al cierre de esta edición se desconocía su situación. Mientras se aclara si aparece o no este familiar directo, el cuerpo del nonagenario permanecerá en una cámara frigorífica del Instituto de Medicina Legal.
Lo hará durante un «tiempo prudencial», a la espera del resultado de la investigación abierta con el sobrino y, en caso positivo,si se halla en condiciones de sufragar el entierro. De lo contrario, el Juzgado de Instrucción número 1 se vería obligado a ordenar su enterramiento por la vía de la beneficiencia municipal.
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Estos funerales de bajo coste son la solución oficial cuando no hay nadie que pague la factura del sepelio. En 2021, desde el Palacio de Justicia únicamente solicitaron uno. Antes de dar ese paso suele revisarse las cuentas bancarias de estas personas para abordar la inhumación, una maniobra acometida «siempre con orden judicial».
El récord de Zabalgana
Los dos meses sin noticias de este vitoriano de 92 años se quedan en nada con los ocho años que permaneció tumbado en su cama el cadáver de Nadejda. Esta mujer de origen ucraniano falleció en 2010 y no fue hallada hasta finales de septiembre de 2018, cuando un email enviado desde su país natal puso en canción a la Ertzaintza.
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Una vez que patrulleros de este cuerpo accedieron al interior de su vivienda en un bloque de Zabalgana descubrieron su cuerpo «momificado». El agua y la luz estaban cortados por no pagar los recibos. Pasada la ola mediática de aquel hallazgo, la familia –Nadejda tenía dos hijas con las que no se hablaba– renunció a abonar la hipoteca. Esta propiedad pasará al banco, que aún no ha cerrado el traspaso. De ahí que el domicilio siga sellado y su utilitario acumule polvo en el garaje comunitario.
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