Agresiones sexuales en Euskadi
7 años de prisión al hombre que violó a una joven que volvía de fiesta en VitoriaLa Audiencia Provincial de Álava ordena que la pena sea sustituida por la expulsión del país. El ya condenado maneja tres identidades
La Audiencia Provincial de Álava ha condenado a siete años de prisión a un hombre con tres identidades por seguir hasta su portal, asaltar ... y agredir sexualmente a una joven que regresaba a casa tras una noche de fiesta. Según ha sabido este periódico, esta pena será sustituida por la expulsión a su país cuando la sentencia sea firme.
Los hechos ocurrieron la noche del 26 de noviembre de 2022. Esta joven volvía sola a su hogar, en el centro de Vitoria, tras disfrutar con su cuadrilla de los bares del Casco Viejo. Ya en su calle aceleró durante los últimos metros hasta su portal porque «uno o dos» desconocidos con los que se cruzó le espetaron algo «en árabe y en castellano». Cuando abrió la puerta, uno le empujó al interior. Le agarró del cuello. «Sólo sé que el último pensamiento que tuve fue: 'me va a violar'. Me hizo de todo lo que le dio tiempo», contó la víctima durante la vista oral, celebrada hace un par de semanas en el Palacio de Justicia de la Avenida de Gasteiz.
Sus gritos fueron escuchados por su chico, que estaba en su vivienda y afortunadamente se había desvelado por el ruido del ascensor gracias a que su pareja había apretado el botón. Bajó corriendo por las escaleras. Apenas un minuto desde la octava planta al portal, donde encontró a su novia en el suelo y a un desconocido que trataba de escapar. Mucho más fornido, este joven le inmovilizó hasta la llegada de la primera patrulla de la Ertzaintza.
Desde entonces, el sospechoso permanece como preso preventivo en la prisión de Zaballa. Es decir, lleva casi dos años entre rejas. Ahí seguirá hasta que la sentencia sea firme y se decida en qué momento será deportado a su país de origen. Este tipo de destierros suelen durar una década. Además, este fallo judicial, que puede ser recurrido al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), le aplica una pena menor al beneficiarse de la ley del 'sí es sí', más laxa en este tipo de episodios.
La víctima, en shock
La Fiscalía y la acusación particular -a cargo de Josu Izaguirre y de Ángel Fernández de Aránguiz, respectivamente- le pedían once años a la sombra por «agresión sexual», pero permutables por su expulsión del país. Mientras que la defensa, ejercida por Eloy Yáñez, abogaba por la absolución. «Probablemente habrá recurso al TSJPV», vaticinan medios judiciales.
Durante la vista oral, desarrollada hace un par de semanas, el novio de esta vitoriana contó cómo el procesado forcejeó en todo momento. Los primeros ertzainas en aparecer describieron a una víctima «en shock» y cómo el ahora investigado se mostró muy agresivo. «Nos dijo que ella le había invitado a subir a su casa. Parece un poco raro con la pareja dentro», explicó un agente.
Una grabación de seguridad, que no pudo visionarse durante el juicio pero figura en el sumario, muestra al imputado detrás de la víctima. Dos médicos forenses dieron credibilidad a esta chica. La duda sobre la que giró buena parte del juicio se refirió a la gravedad del ataque sexual. A lo que le dio tiempo a hacer. Para los jueces hubo «agresión sexual».
El sospechoso fue el último en declarar. El fiscal tachó su versión «entre fantástica, surrealista y onírica». Porque este sujeto contó que fue ella quien le abordó. Que hablaron un poco «en francés» -idioma que la víctima desconoce-. Dijo que entraron al edificio por la insistencia de ella. «Me besó dos veces». Hasta que apareció el novio. Incluso explicó a los presentes que temió por su vida cuando éste le inmovilizó. Y es que se presentó como un ciudadano modélico pese a que maneja tres identidades, tuvo problemas legales en Alemania y unos días antes de este incidente, la Policía Local le relacionó con un abuso sexual.
Duda razonable
Los magistrados Jesús Poncela -autor de la sentencia-, Elena Cabero y Ana Zulueta dan total validez a la víctima. «La tarea del tribunal es fijar lo que probablemente sucedió más allá de toda duda razonable y es sumamente improbable que una mujer joven y con pareja decida cometer una infidelidad sin efectuar selección alguna del hombre con el que va a hacerlo», dictaminan en su resolución, de 14 páginas.
La sentencia incide en la falta de veracidad del acusado porque la mujer atacada «acababa de salir de un bar de copas donde tenía dónde escoger». A su vez, destaca que es «más que improbable que en su estado psico-físico le entrara una especie de extraña urgencia por tener sexo y buscara al primero que se encontró en la calle, y además decidiera hacerlo en el portal de su casa, a escasos metros de donde estaba su novio».
En cuanto a la versión del ya condenado, los magistrados la despachan con una única frase: «su versión es increíble e inverosímil y no tiene más apoyo que su sola declaración, la de una persona que tiene derecho y motivos para mentir».
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