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Los menores que conviven en un entorno bilingüe tienen más facilidad para aprender el proceso de lectoescritura a una temprana edad. Es una de las ... principales conclusiones que se extraen de los dos estudios que las investigadoras del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL), Sandy Abu El Adas y Marie Lallier, presentaron ayer en el colegio Carmelitas Sagrado Corazón. El centro de investigación, adscrito al Departamento de Educación del Gobierno vasco, lleva más de una década colaborando con el colegio vitoriano, la única escuela de Euskadi que tiene un laboratorio de estas características en sus instalaciones.
«Para nosotras es un auténtico lujo poder trabajar directamente en un cole, y que además tanto el equipo docente como las familias estén tan implicadas. Un sueño», celebran El Adas y Lallier. Tras el éxito de la experiencia en Vitoria pronto replicarán un laboratorio similar en un colegio de San Sebastián, donde se ubica la sede del BCBL. «No hay tantos estudios longitudinales en Educación, es complicado. Por lo que poder trabajar con los mismos alumnos durante varios años seguidos es una gozada y nos ayuda muchísimo a comprender cómo funcionan diferentes procesos de aprendizaje», coinciden ambas investigadoras, que presentaron los resultados ante la comunidad educativa de Carmelitas y representantes del departamento de Educación reunidos en el salón de actos del centro.
Marie Lallier ha sido la encargada de desarrollar durante los últimos cursos un proyecto centrado en la conexión del bilingüismo y la lectoescritura en el que han participado 60 niños y niñas de 1º de Primaria. «Hemos visto que el bilingüismo es beneficioso a la hora de la adquisición de la lectura. Los menores que están acostumbrados a escuchar dos idiomas en su entorno, por ejemplo en Euskadi el euskera y el castellano, adquieren mecanismos positivos que ayudan a esta tarea», resume la investigadora. «El cerebro genera estrategias cuando escucha dos idiomas y los hemisferios cooperan mejor», añade. Más allá de la utilidad que estos resultados tienen para el BCBL, el propio colegio y sus alumnos se benefician de manera directa de las investigaciones.
«Nos dimos cuenta de que enseñar a leer y a escribir en euskera y castellano a la vez es beneficioso y no lía a los alumnos, algo sobre lo que teníamos dudas», sostiene Nieves Maya, directora de Carmelitas. «Además este estudio también nos sirve para detectar posibles dificultades entre los alumnos que participan y si vemos algún indicador preocupante tener mil ojos sobre ellos».
Sandy Abu El Adas ha liderado por su parte el segundo estudio que se presentó ayer, este centrado en los acentos extranjeros. En él han participado durante este curso 90 estudiantes de entre 5 y 8 años. «A través de un juego en el que escuchan palabras similares como pollo y bollo con diferentes acentos hemos identificado cómo responde el cerebro», explica El Adas. «La conclusión es que un acento extranjero no influye en su comprensión, es decir, que se adaptan a otras maneras de hablar. Esto derriba mitos como el de hablar de una manera estándar para facilitar el aprendizaje».
«Estas conclusiones nos sirven también para esos padres que dicen: 'es que yo hablo mal el inglés'. No es tan importante porque los niños van a entender», agrega Nieves Maya.
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