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Imagen exterior del Palacio de Justicia de Vitoria. Igor Aizpuru
Una alumna de artes marciales acusa a su exentrenador de meses de control y tocamientos

Una alumna de artes marciales acusa a su exentrenador de meses de control y tocamientos

«Si se enteran de lo que tenemos voy a la cárcel y tú a un centro de menores», le amenazó el monitor, quien ahora alega que «todo es un montaje, ciencia ficción»

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Lunes, 16 de julio 2018, 20:30

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Dos versiones contrapuestas se escucharon este lunes en la maratoniana jornada inaugural del juicio contra un entrenador de taekwondo acusado de abusar de dos alumnas, ambas menores, entre noviembre de 2014 y el verano de 2015. Una de las jóvenes relató un infierno de sometimiento bajo su influencia, además de varios episodios de tocamientos y masturbaciones supuestamente presionada por el adulto. Éste, en cambio, negó todo con vehemencia. «Es un montaje, ciencia ficción», dijo en su intervención.

Para la Fiscalía alavesa, sin embargo, los testimonios de las chicas poseen absolutada credibilidad. De ahí que reclame ocho años de cárcel para este hombre. La acusación particular eleva a doce su solicitud formal y la popular, encarnada por la asociación Clara Campoamor, diecisiete. La defensa pide la absolución.

El primero en declarar fue el entrenador. Hubo cierta rabia en su tono y gestos, sobre todo cuando las acusaciones anunciaron sus peticiones iniciales de prisión. Se mostró «sorprendido» por las denuncias. «Es un montaje, ciencia ficción, a día de hoy aún no sé por qué las presentaron», proclamó. Sí dio a entender que una de las adolescentes dio este importante paso judicial alentada por su madre, tras fracasar en un campeonato, sugirió.

Todos los tocamientos que se juzgan en la sala principal de la Audiencia Provincial de Álava, en un proceso que se alargará hasta el próximo lunes, supuestamente ocurrieron en el transcurso de torneos oficiales, en los hoteles de concentración o en el autobús en el que se desplazaban.

El procesado recordó que su pareja organizaba en qué habitaciones dormían los miembros de la expedición, que él solía pernoctar con un menor, quien aparece en la causa como testigo. Los únicos titubeos aparecieron cuando le leyeron presuntos mensajes de whatsapp suyos a las menores. Estos incluían comentarios como «princesa» o «te quiero». Lo achacó a su gratitud por obtener medallas. «Soy ganador, pero igual me faltó madurez en aquel momento».

«Me resistí»

Y llegó el turno de una de las denunciantes. Acompañada en todo momento por una especialista en víctimas de abusos, la chica, que ahora tiene 17 años, plasmó una narración completamente diferente. Relató un férreo marcaje en las redes sociales a cargo de su superior deportivo. «Le tenía que dar los buenos días y las buenas noches a diario», abundó.

Sufrió cuatro episodios de abusos. Entre sollozos, compartió que tuvo que masturbarle en un viaje en autobús. Nadie les vio porque se taparon «con una manta». Hubo tres incidentes más, dijo, en habitaciones de hoteles. Al menos en uno «me resistí». En alguno hubo otros chicos menores en la misma estancia. Sus testimonios se antojan relevantes.

«Una vez me escribió: 'Que no se enteren de lo que tenemos porque yo voy a la cárcel y tú a un centro de menores», indicó. La advertencia surtió efecto. Calló semanas por miedo.

«Me sentía mal, no sabía qué hacer. Nunca había hecho nada con nadie. Pensé que tenía que hacer 'esto' para estar bien con él, para llegar a algo en el taekwondo». En una cena con otros compañeros del gimnasio se dio cuenta de que había otra afectada. Ahí denunció. Desde este martes y hasta el próximo lunes, una veintena de testigos -la mayoría convocados por la defensa- tratarán de aportar luz al caso.

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