Los alaveses se retiran del bingo
La Hacienda foral redujo su recaudación en 2023 a un tercio de los ingresos que generó el juego en el año 2022
En un contexto de ingresos récord para las tres haciendas vascas, aún quedan pequeñas sombras dentro de un crecimiento de la recaudación sin parangón en ... los últimos años. Tras el aumento de un 4,10% de la recaudación del fisco alavés -los ingresos suponen un alza de 112 millones con respecto a 2022- se esconden algunos impuestos en los que, a diferencia de la tendencia general, la recaudación de la Hacienda foral está cayendo. En ese listado de impuestos 'bajistas' se está colando una tasa fiscal que no es que decrezca, sino que se hunde: la vinculada al bingo. Un cargo que se ha desplomado hasta un tercio de lo se ingresó en 2022 sin que se haya encontrado una explicación aparente.
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Los datos
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280.000 euros. Es la recaudación que ha dejado de ingresar la Hacienda alavesa de un año para otro.
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Cuatro salas en Vitoria. Albergan el clásico juego de los cartones.
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Un juego de jóvenes. Según el Observatorio Vasco del Juego los menores de 30 años son el colectivo que más juega al bingo.
Según las últimas cifras disponibles por parte de la Hacienda alavesa, los ingresos por este juego han caído un 65%. La Diputación apenas ha ingresado 150.000 euros por este impuesto frente a los 433.000 que recaudó en 2022 sin un motivo claro. En la tramitación de los presupuestos forales -finalmente fallidos-, la titular de Hacienda, Itziar Gonzalo, se encogió de hombros durante una Comisión en la que fue interpelada por este impuesto. «Teníamos una partida muy alta porque nos basábamos en lo que habíamos visto en ejercicios anteriores, pero lo cierto es que llevamos una ejecución muy baja», admitió.
Como tales, Vitoria cuenta con cuatro bingos, pero los cuatro locales que ofrecen el clásico juego mantienen la actividad exactamente igual que el año pasado. La única modificación que podría explicar este cambio es la autoexclusión del juego que han ejercido 494 alaveses en el territorio, pero suena a poco para el 2% de adultos que, según la Asociación Alavesa de Jugadores en Rehabilitación (Asajer), sufren problemas de ludopatía en Álava. El cálculo equivaldría a un total de más de 6.500 alaveses con adicción al juego, a los que habría que sumar los jugadores esporádicos que sólo lo hacen por diversión y de forma ocasional.
Una excepción en Euskadi
A la paradoja de las cifras alavesas se suma el hecho de que la anomalía se ciñe únicamente al territorio. La recaudación de esta tasa ha crecido tanto en Gipuzkoa -con un crecimiento del 10% al cierre del año- como en Bizkaia. Euskadi ha ingresado por este tributo más de tres millones de euros y ha aumentado en un 2% lo ganado con respecto a 2022.
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Para combatir la ludopatía, más allá del censo de autoexcluidos, el Gobierno vasco ha elaborado en los últimos años varias campañas contra el juego irresponsable. A esas actuaciones se ha sumado este año una línea de subvenciones de 100.000 euros para proyectos que llamen a concienciarse sobre el riesgo de los juegos y las adicciones que pueden generar. Según el último informe del Observatorio Vasco del Juego, el 72% de los vascos participan anualmente en algún juego de azar y según la última Encuesta de Adicciones, la mitad de la ciudadanía lo hace de forma semanal.
Los jóvenes son los más 'enganchados' al bingo en el País Vasco: el 3% han acudido a un salón a lo largo del año. La loto es, además, más femenina que masculina, algo que es una anomalía en la inmensa mayoría de apuestas, donde predominan los hombres. Aun así, el bingo es uno de los juegos menos buscados por quienes acuden a los salones de apuestas, sólo por delante del poker online, los juegos de casino o las apuestas hípicas. Los menores de 30 años lideran también, según el estudio del Ejecutivo autonómico, las tasas de juego en tragaperras y las apuestas deportivas.
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Vitoria, capital de tragaperras
A pesar del descenso de la recaudación, los datos apuntan a Álava como el punto negro de Euskadi cuando se habla de adicciones al juego. Según los datos publicados por el Gobierno vasco en 2021 en su portal de transparencia, había entonces 1.226 tragaperras a lo largo del territorio. Por cada 268 vecinos alaveses había instalada una máquina de este tipo, lo que supone la mayor concentración de Euskadi.
En el territorio también se ubicaba entonces, de acuerdo a las cifras oficiales, la localidad mayor densidad de estas máquinas: Moreda de Álava. Sólo en Vitoria, Lakua contabilizaba en su momento 991 máquinas de este tipo, lo que dejaba una ratio de una tragaperras por cada 250 vecinos de la ciudad, que es la capital con más tragaperras en términos relativos, por delante tanto de Bilbao como de San Sebastián.
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