Alavés del mes
«Recibimos mucho agradecimiento»Fernando Alonso es el presidente de Montes Solidarios, que cumple diez años llevando a la naturaleza a personas con enfermedades
Fernando Alonso, presidente de Montes Solidarios, recoge la distinción de Alavés del Mes de Septiembre que le otorga EL CORREO con motivo del décimo aniversario de una asociación que se basa en tres pilares: potenciar su actividad de salidas a la naturaleza con personas de movilidad reducida o baja visibilidad, formar a los voluntarios y guías que les acompañan y concienciar a la sociedad para que normalice la presencia de estas personas en el monte.
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- ¿Qué supone este reconocimiento?
- Una sorpresa y un orgullo. Nosotros lo que hacemos, lo hacemos porque queremos y porque nos llena. Pero siempre está bien un reconocimiento y que valoren tu labor y la de los voluntarios. Porque realmente el valor de este grupo son las personas que lo formamos, que el año pasado hicimos más de cien actividades. Una auténtica barbaridad.
- Se visibiliza el trabajo que están desarrollando durante los últimos diez años, que todavía no alcanza a tanta gente como les gustaría.
- No llegamos a todo el mundo, la verdad. Y siempre nos sorprende que haya gente que dice 'Pues no sabía nada de vosotros'. Pico, pala, pico, pala y esta es la labor que tendremos que seguir haciendo. Cuanta más gente nos conozca, cuanta más gente con diversidad funcional pueda disfrutar de los entornos tan maravillosos que tenemos, mejor que mejor.
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- ¿Cómo llega a la asociación una persona con una discapacidad o una enfermedad que quiere participar en una actividad?
- Pues es mucha gente que no sabía que se podía hacer esto. Y realmente cuando vienen, quieren repetir y repetir. Y cada vez son más y ya empezamos a tener problemas tanto de herramientas como de personas voluntarias. Tenemos cuatro sillas Joëlette, seis barras direccionales y 190 personas voluntarias. Pero de estas 190, activos estamos alrededor de 60. Otros igual se apuntaron al principio, pero por el ciclo vital de cada uno lo han ido dejando. Y a veces no tenemos personas suficientes para atender todas nuestras actividades y hacerlas con la seguridad que requieren. Toda la organización tiene un trabajo y pasamos más tiempo gestionando que en el monte.
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«Queremos que se vea normal la presencia de una persona ciega o en silla en el monte»
- ¿Es lo más frustrante tener mucha demanda y no poder cubrirla porque no hay manos disponibles?
- Muchas veces sí, muchas veces ha pasado. Entonces hay que hacer un trabajo de coordinación y gestión: si a la salida anterior fuiste tú, en esta no puedes ir porque tenemos peticiones de otras personas. Y también tenemos solicitudes a demanda, pues personas que quieren ir a un sitio concreto, a Ioar o Gorbea o a alguna cueva... Esas ya las hacemos en grupos reducidos.
«Necesitamos más recursos humanos; lo más frustrante es no tener voluntarios»
- ¿Cómo ha sido el desarrollo de Montes Solidarios a lo largo de estos diez años?
- Yosu Vázquez tuvo la idea. Hizo el Tour del Mont Blanc y en ese momento dijo: '¿Por qué lo que yo disfruto de la naturaleza no lo van a disfrutar personas con movilidad reducida o baja visión?'. A partir de ahí se fueron sumando personas y en 2015 llegaron las primeras actividades en Mallos de Riglos, Gorbea... Y al principio costaba mucho llamar a puertas, que te dijesen que no, que era una locura... La silla Joëlette lleva usándose 60 años, pero aquí era novedosa. Y llamar a las puertas que la gente te abra y diga 'Esta idea de dónde viene, es muy bonita, pero materialízalo'. Es lo que costó. Pero Kirolak, Fundación Vital y el Departamento de Turismo de la Diputación de Álava nos han facilitado todo. Poco a poco se ha ido sumando la gente y la verdad es que es maravilloso.
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Colegios
- ¿Qué les transmite esa persona que sube por primera vez a un monte?
- A veces no pueden decir nada porque no tienen movilidad. Pero los ojos... Sonríen con la boca y sonríen con los ojos. Y eso ya merece la pena y te hace sentir que recibimos mucho más de los que damos. Llegas a casa con una satisfacción increíble porque hay mucho agradecimiento. A veces se suben a la silla con miedo y les ves con los nudillos apretados agarrándose... Cuando les ves con las manos relajadas en el regazo, ya sabes que está disfrutando.
- Más allá de las actividades en la naturaleza, su labor también es concienciar a la sociedad para que la presencia de personas con alguna enfermedad en el monte se vea ya como algo normal.
- Nos encanta ir a los colegios. Y es muy importante que los chavales lleguen a ver normal que una persona ciega o en silla de ruedas pueda ir al monte. Ahora vamos y hay gente que se aparta y nos aplaude. Y está bien, pero lo ideal es ir y que te saludes como nos saludamos los montañeros. Que sea normal que una persona ciega pueda disfrutar del monte. Eso es nuestro fin. Y si los chavales desde pequeños ven esta idea, eso que iremos haciendo poco a poco.
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- Están celebrando el décimo aniversario, pero esto sigue adelante. ¿Qué necesitan?
- Sobre todo recursos humanos. Que la gente llame a la puerta de la asociación no solo para subirse a la silla, sino para ayudar a quien lo hace. Para el reto de Olárizu fueron necesarios más de 60 voluntarios que subieron a 24 personas con movilidad reducida o baja visión. Algunos estuvimos todo el día y otros unas horas. Sí, son necesarias manos, gente que tenga ganas. Y no hace falta una condición física especial ni ser atletas. Es gente que tenga ganas de colaborar y de ayudar porque siempre hay cosas que hacer.
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