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V. S.
Martes, 25 de febrero 2025, 10:36
Al menos en tres ocasiones le exigió que parase el vehículo. Pero no hizo caso. También que redujera una velocidad que ella mismo vio que ... alcanzaba los 180 kilómetros por hora en una carretera comarcal limitada a 90. También desoyó sus súplicas. Él, un joven de 25 años y vecino de Vitoria, siguió pisando el acelerador hasta que su vehículo, un viejo Honda, se salió de la vía, golpeó con una señal de tráfico antes de dar varios vuelcos en el punto kilométrico 2,8 de la LR-331, dentro del término municipal de Matute (La Rioja).
La colisión resultó brutal, especialmente para la copiloto, una joven de 30 años que no paraba de pedirle que demandase auxilio o que le diese el teléfono para llamar ella misma. Pero ni una cosa ni la otra. El conductor, también herido, pululaba alrededor de su vehículo lamentándose por su estado y obviando la gravedad de las lesiones de su acompañante. Lesiones tan graves que la han dejado tetrapléjica. Nada le conmovía.
Fue una hora y media después del siniestro cuando un ciclista que circulaba por la zona se percató del accidente y avisó a los servicios de emergencia, que acudieron de inmediato y comprobaron las consecuencias del brutal siniestro.
Los agentes de Tráfico de la Guardia Civil acudieron al lugar y evidenciaron que el joven conductor mostraba síntomas de haber consumido alcohol. La primera prueba confirmó esa sospecha: 0,54 miligramos de alcohol por aire espirado, más del doble de lo permitido. Además, en el test de drogas dio positivo por cannabis, por lo que se le sometió a una segunda prueba que confirmó ese positivo.
Los agentes también comprobaron la «frialdad y falta de humanidad» del conductor, que en un primer momento obvió las peticiones de su acompañante y, posteriormente y ya herida, tampoco tuvo un mínimo de compasión por su estado.
Por estas razones, el joven alavés puede ser acusado de conducción temeraria, lesiones por imprudencia grave, omisión del deber de socorro y conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas, en una muestra del «desprecio por la vida y la integridad física de las personas» de este conductor.
Las diligencias han sido puestas a disposición judicial y las penas podrían oscilar entre los dos años y medio y los nueve años de cárcel teniendo en cuenta que, según la investigación de la Guardia Civil, concurren la conducción bajo los efectos del alcohol, la omisión de auxilio, la conducción temeraria y las lesiones por imprudencia grave con vehículo a motor.
Conducir bajo la influencia de alcohol o de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas conlleva: Prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de uno hasta cuatro años. Cuando se omite el auxilio tras causar una situación de riesgo que precisa ayuda:
Si el accidente se debiere a imprudencia, pena de prisión de 6 meses a 4 años. Al que condujere un vehículo de motor o un ciclomotor con temeridad manifiesta y pusiera en concreto peligro la vida o la integridad de las personas:
Prisión de seis meses a dos años. Privación del derecho a conducir vehículos a motor o ciclomotores por un periodo de uno a seis años.
Cuando las lesiones son resultado de una imprudencia grave causadas con vehículo a motor:
Prisión de 1 a 3 años. Privación del derecho a conducir vehículos a motor de 1 a 4 años.
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