Álava, el territorio de los 40 órganos
En los siglos XVIII y XIX Rioja Alavesa atesoró los mejores ejemplares hasta que Vitoria importó las nuevas tecnologías de Francia y Alemania
Álava ha alumbrado a maestros de la música de gran talla y trascendencia como Luis Aramburu o Sebastián Iradier, pero a muy pocos lutieres. Y ... particularmente muy pocos maestros organeros. No obstante, eso no ha sido óbice para que el territorio atesore algunas piezas de valor incalculable. Hasta 40 de estos majestuosos pianos se esconden entre los muros de iglesias, conventos y domicilios particulares del territorio.
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José Santos de la Iglesia, organista de la Catedral Nueva, se ha dedicado por entero a la interpretación y estudio de estos aparatosos instrumentos que antaño fueron objeto de prestigio para muchas localidades y parroquias. Pues no todos los templos aunaban suficientes fieles para permitirse un mobliario tan lujoso. En ese sentido, «la realidad rural» de la provincia, apunta el experto, no facilitó su proliferación.
La excepción donde sí florecieron fue en Rioja Alavesa. «El tamaño de sus iglesias y la prosperidad de sus villas» da prueba de que la industria vitivinícola desvió importantes diezmos a las arcas eclesiales y los párrocos pudieron hacerse con espectaculares retablos y también lustrosas piezas de organería. Una realidad que permite a Álava presumir de «tener el patrimonio de órganos barrocos más importante de Euskadi», redunda Santos de la Iglesia.
De ahí que los órganos del sur de la provincia sean los más antiguos. De los 14 de estos instrumentos que hay en la comarca, siete son del siglo XVIII y cinco del XIX. De todos, el hermano mayor es el que guarda la iglesia de San Acisclo y Santa Victoria de Lanciego. Construido en 1710 por el organero navarro Lucas de Tarazona «es el más antiguo de Euskadi, solo le supera el de la colegiata de Cenarruza, en Bizkaia», apunta.
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Un organero en El Campillo
El más moderno, por contra, se encuentra a apenas 13 kilómetros, en Oion. Un órgano que además, se cuentan por pocos en España. Se trata de un 'werk-prinzip', una tipología autóctona del norte de Alemania. Financiado en 1995 por la Diputación, el mismo Santos de la Iglesia se encargó de supervisar su llegada a Álava. «Quería aportar una estética diferente, más exclusiva, a la colección ya existente», explica.
Se restauró el órgano de San Pedro, pero los de San Miguel y la Catedral Vieja están en mal estado
No en vano, el órgano predominante en el territorio sigue siendo hoy por hoy el peninsular. Su exponente más puro es, a juicio del experto, el de Villabuena. «Reúne todas las características del barroco castellano», aprecia. Aunque también los hay de transición al neoclásico como el de Labastida. «Introdujo registros y timbres musicales nuevos, además de ser el más grande en su tipología actualmente», aprecia el experto.
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En el siglo XIX, los órganos locales «fueron sustituidos en la mayoría de iglesias, en especial en las de Bizkaia y Gipuzkoa, por su mayor proximidad a Francia y Europa». Nuevas tecnologías que se manifestaron en los nuevos ejemplares que vinieron a sustituir a otros caducos en las iglesias de Vitoria. Uno de los pioneros vascos sería el constructor Aquilino Amezua. Viajero empedernido, «introdujo en España tendencias organeras venidas de Francia». De su manufactura es el órgano de la iglesia de San Miguel, contruido en 1893.
Cronología
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Siglo XVIII (8) . Zalduondo, Labastida, Leza, Navaridas, Villabuena, Laguardia y Lanciego (2).
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Siglo XIX (16). Llodio, Murgia, Ibarra, Salvatierra (2), Vitoria (4), Salinas, Peñacerrada, Labastida, Laguardia (2), Elciego y Moreda.
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Siglo XX (16). Artziniega, Amurrio, Legutio, Nanclares, Alegría, Salvatierra, Oion y Vitoria (8)
No obstante, más curioso fue el caso de órganos como el de las iglesias de San Vicente y de San Pedro. Ambos obra del organero alemán Juan Melcher, quizá el último que trabajó de manera regular en Álava. «Vino a España a hacer un encargo en Canarias. Durante el viaje estalló la Primera Guerra Mundial y no regresó a Alemania. Al final acabó asentando su taller en Vitoria, en El Campillo», relata el experimentado organista que reconoce que Álava no ha sido un territorio muy prolífico en la fabricación de órganos.
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Reformas pendientes
En la actualidad, el mantenimiento de estas piezas de altísimo valor se ha hecho más difícil por el reducido uso que tienen algunas de ellas. La que ha pasado por el taller más recientemente es la de San Pedro. Desmontado y limpiado en diciembre de 2020, la actuación costó 18.240 euros sufragados en su mayor parte con fondos de la propia parroquia y del departamento de Patrimonio del Obispado.
«Tenemos el patrimonio de órganos barrocos más importante y prolijo del País Vasco»
No corren la misma suerte los majestuosos pianos de San Miguel y el de la Catedral Vieja. «Estos órganos los hicieron personas amantes de la cultura en general y de la alavesa en particualar, pero el nulo interés actual por ellos y la desatención de las instituciones los están condenando al abandono», lamenta el organista de la Catedral Nueva.
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El Festival de Órgano continuará el próximo día 16 en El Carmen
Obra de la casa parisina de Aristides Cavaille-Coll en 1884, llegó al convento de El Carmen en 1908 procedente de Larrea (Bizkaia). Como uno de los pocos ejemplares de manufactura francesa en el territorio, se encargó de abrir el Festival de Órgano el pasado día 2 y de nuevo volverá a retumbar el próximo 16 de este mes a las 20.30 horas. Ana Belén García y el coro de Samaniego harán vibrar sus tubos y tendrán que dejar el listón muy alto después de que ayer los alaveses pudieran volver a oír las melodías del recién remozado órgano de San Pedro. Después todavía habrá festival por delante. A la segunda interpretación en El Carmen le seguirán dos conciertos más. Esta vez en Rioja Alavesa, donde se organizarán dos audiciones de los espectaculares órganos barrocos de Elciego y Labastida los días 24 de junio y 1 de julio.
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