Álava reabre el primer centro de día para los casos más extremos entre personas mayores

El centro de Txagorritxu ha sido el primero que vuelve a la acción y la próxima semana será el turno de Zadorra, que recupera el servicio de atención diurna tras haber sido durante semanas en el referente geriátrico en la lucha contra el coronavirus y escenario de algunas de sus batallas más trágicas. Pero esta nueva normalidad poco tendrá que ver con la que existía hasta hace diez semanas y los protocolos de actuación se multiplican para evitar que el patógeno vuelva a cebarse con las personas de mayor edad.

Así que, según ha podido saber EL CORREO, si Bizia originalmente estaba listo para 35 personas, su capacidad se reducirá hasta la mitad. Todos han tenido que superar un cuestionario sobre su estado de salud y el de sus familias durante los dos últimos meses para descartar que son portadores del virus. De todas formas, se les controlará la temperatura y en la zona de acceso se les desinfectarán las manos, la cara y el calzado, además de todo el mobiliario con el que mantengan contacto.

Esta pandemia ha demostrado que toda prevención es poca. Si tienen más de 37 grados se les enviará de vuelta a casa y si presentan alguno de los síntomas del Covid-19 -los más habituales son tos y dificultad respiratoria, pero también algunos más atípicos como dolor de garganta, ausencia de olfato y gusto, dolor muscular, cefalea y diarrea- se avisará al médico de atención primaria y no volverá a Bizia hasta que se descarte que padecen la temida enfermedad. Además, en el caso de que el usuario haya mantenido un contacto estrecho con un familiar que se haya contagiado de coronavirus tendrá que permanecer durante 14 días en cuarentena.

La regla general marca que las personas que acudan a Bizia deberán portar mascarilla quirúrgica, pero se contempla que su perfil psicogeriátrico puede dificultar esta posibilidad en algunos casos en los que se extremarán las medidas de distanciamiento social y el personal del centro les atenderán con pantallas faciales.

La pandemia multiplicará la complejidad de este tipo de atención porque en todo momento, según marcan los nuevos protocolos, deberá haber una distancia de dos metros entre los usuarios. En el salón, las siestas, los talleres o el comedor no podrá haber menos de dos metros entre los usuarios. Y no sólo eso, se les tendrán que lavar las manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico de forma frecuente.

Seguirán llegando al centro en las furgonetas adaptadas, pero no lo harán todos con el mismo horario de nueve de la mañana a seis de la tarde. El objetivo es que lo hagan de forma escalonada para evitar el colapso en la entrada y que se pueda completar el minucioso decálogo que imperará en la nueva normalidad de los centros de día de Álava.