Álava prepara el contenedor amarillo para reciclar todo tipo de plásticos
La medida funcionará antes de 2023 y servirá para reducir los desperdicios mal arrojados, que acaban en Gardélegui
No todo entra en el contenedor amarillo. La lista de los productos que allí se pueden depositar es muchísimo más limitada de lo que ... cualquiera puede pensar y, de hecho, un tercio de la población ni siquiera sabe para qué sirve. Botellas de bebidas, latas de conservas, botes rígidos para productos de limpieza e higiene, bandejas de poliespán o bricks son bienvenidas. Túpers, envases de medicamentos, utensilios de cocina y cápsulas de café, no.
Según datos de la Diputación, de los 17 kilogramos que cada alavés arroja al año, cinco no pueden reciclarse en la planta de Júndiz y, por esa razón, acaban en el vertedero de Gardélegui, como si nadie hubiese intentado darle una 'segunda vida'. Por eso, y más allá de concienciar a la sociedad, el diputado de Medio Ambiente, el peneuvista Josean Galera, anunció ayer que tiene programado que antes de 2023 se puedan echar bolsas, cubos de plástico, juguetes rotos y envoltorios, como el papel aluminio o film en el container amarillo.
«Vamos a aumentar la tipología de residuos que se recogen», resumió el representante foral. Pero el anuncio no es una mera filosofía del departamento, sino que conllevará aumentar el campo de acción en las instalaciones de Júndiz, donde -de momento- se tratan hasta nueve clases diferentes de residuos. En esta, tan sólo se da el primer paso hacia la reutilización de estos materiales. Tras los trabajos de selección de todo lo arrojado a los contenedores, los residuos se convierten en nuevos envases y otros productos como forros polares, llantas de bicicletas o cajas para zapatos.
Esta medida se incluye en la cruzada que las instituciones han emprendido -por fin y gracias a la insistencia de la ciudadanía- contra los materiales sintéticos. Sin ir más lejos, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, anunció la pasada semana en el Debate General de Política Municipal que se beneficiará fiscalmente a aquellos comercios que no utilicen plásticos.
Entre los próximos objetivos de Galera consta la construcción de una planta de tratamiento de compostaje -el cubo marrón de basura orgánica- en algún punto de Vitoria y de otro espacio dedicado a los residuos voluminosos. ¿Por qué ambos en la capital? El diputado defendió que se debe a que es el municipio donde -lógicamente- se generan más desperdicios.
32 pueblos
Si bien el leitmotiv de la pasada legislatura fue el ciclo del agua, el dirigente nacionalista ha cambiado sus objetivos y dedicó la mayoría del tiempo reservado para su exposición ante las Juntas Generales a hablar de la estrategia 'Klima Araba 2050', un plan para avanzar hacia una economía baja en emisiones de carbono y con especial atención a la movilidad y la regeneración urbana.
«Necesitamos cambios de gran alcance sin precedentes para limitar el cambio climático», subrayó el representante del Gobierno de Ramiro González. Para que la Diputación, las cuadrillas y los municipios remen en la misma dirección y no de forma desordenada, la idea del titular de Medio Ambiente es aunar los planes que tienen cada una de las instituciones locales para avanzar con más fuerza. Además, y tal vez influenciado por el fenómeno Fridays for Future, habló de que el nuevo plan tendrá una visión intergeneracional con especial atención a las aportaciones de los colectivos jóvenes.
«Queremos contribuir a mitigar el cambio climático, pero también queremos conservar de forma activa nuestra biodiversidad, que es la garantía de nuestro futuro y la clave para adaptarnos al calentamiento», añadió Galera.
Su comparecencia también sirvió para adelantar que 32 pueblos del territorio histórico mejorarán sus sistemas de depuración y abastecimiento de agua. Un asunto que puede parecer de menor calado, finalmente se llevará la mayor parte del presupuesto que se reserve para el Departamento. Eso mientras todavía se espera a que el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez termine de adjudicar los trabajos para el saneamiento de la cuenca alta del río Nervión.
Prueba para que dos pueblos de 250 habitantes se autoabastezcan
La oposición criticó de forma unánime la falta de concreción de Josean Galera, diputado de Medio Ambiente, a la hora de dar explicaciones sobre cuál será la estrategia que seguirá hasta 2023. El peneuvista tuvo la misma respuesta para todos: ayer, no era el día para entrar en tantos detalles. Así que algunos planes que se colocaron sobre la mesa sonaron a meras declaraciones de intenciones o temas pendientes de saber cómo evoluciona la situación económica y política en Álava.
Galera avanzó que se realizará una prueba piloto en dos núcleos urbanos de la provincia -con 250-300 habitantes- para conocer hasta qué punto son capaces de sobrevivir con la energía que ellos mismos generan, es decir, el autoabastecimiento. No se sabe ni cuándo ni cuáles serán los enclaves elegidos, pero sí que el resultado podría servir para que la Diputación saque sus propias conclusiones sobre cuál es la dependencia que tiene el territorio y las oportunidades que, tal vez, se están desaprovechando.
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