Álava encara la recta final de una ola de calor histórica con casi 40 grados
Euskalmet mantiene este domingo la alerta naranja por temperaturas extremas, con máximas de 39
Unas horas más de sofocos, abanicos, sombra a mediodía y refrescarse siempre que se pueda. Álava encara este domingo el último tramo de una larga ola de calor que ayer volvió a rozar los 40 grados en Vitoria –la máxima fue de 39,1– y que superó esa barrera en distintos puntos de la provincia. Agurain alcanzó los 41,5 y Zambrana (40,5), Espejo (40,2) y Campezo (40,2) se situaron también por encima.
El calor, sofocante e intenso, se repetirá hoy con el mercurio escalando de nuevo hasta los 39 grados en la capital, por lo que Euskalmet mantiene activada la alerta naranja por temperaturas extremas entre las 12.00 y las 20.00 horas. En otras zonas del territorio se superarán los 35 grados. La tregua empezará a llegar mañana. En Vitoria se prevé un desplome térmico de más de 14 grados, hasta los 24, acompañado probablemente de chubascos, en ocasiones de carácter tormentoso.
40,5 Grados
Temperatura que marcó ayer Agurain, la más alta de todo el territorio.
Este domingo, Álava es la provincia vasca que exige mayor vigilancia, mientras Bizkaia y Gipuzkoa permaneceránen aviso amarillo por calor. El riesgo de incendios forestales, también amarillo en toda Euskadi, es «relativamente alto», según la agencia meteorológica vasca, debido a la «baja humedad».
De esta forma, Álava se despedirá progresivamente de una ola de calor que se inició el lunes y el martes batió un récord histórico en la capital alavesa: 41,4 grados, la temperatura más alta registrada por Aemet desde que hay datos oficiales (1945).
Todo apunta, además, a que estos primeros veinte días de agosto serán los más cálidos en Álava y en el conjunto de España desde que existen datos comparables. Solo el sofocante agosto de 2003 ofrece un antecedente similar. Ante esta situación, el Ayuntamiento de Vitoria ha recomendado recurrir a los refugios climáticos –como museos o centros cívicos– para sobrellevar unas temperaturas que se han hecho insoportables.