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Rosa Cancho
Lunes, 2 de octubre 2017, 01:03
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¿Hay suficientes ambulancias medicalizadas en Álava? Los expertos en emergencias discrepan con el consejero de Salud, Jon Darpón, cuando asegura que Álava cuenta con una UVI móvil por cada 80.000 habitantes -o sea, con cuatro-, por encima de la recomendación de la OMS que habla de la necesidad de que haya una por cada 120.000 residentes. Representantes del sindicato ESK critican que el político jeltzale cuente como tales a las unidades de soporte vital avanzado en las que además de un técnico de emergencias viaja una enfermera. Estrictamente, una UVI está integrada las 24 horas del día por un técnico, un profesional de enfermería y un médico, todos de la plantilla de Osakidetza, aseguran. Y de esas, en Álava, con más de 324.000 habitantes, sólo hay dos.
La de Vitoria cubre la capital con sus más de 244.000 vecinos y además la mayor parte del territorio; y la de Llodio, que trabaja básicamente para Bizkaia y se encarga también de los traslados de Txagorritxu o Santiago a Cruces, Valdecilla e incluso Madrid. «No es suficiente», denuncian Pilar Corraleño y Antton Altamirano, de ESK-Emergentziak, central que reclama dos dotaciones más: una con base en la zona de Rioja Alavesa (en Leza) y otra para traslados interhospitalarios.
«Osakidetza debe dimensionar correctamente la cobertura sanitaria de emergencias en Álava y es muy urgente la necesidad de contar con más ambulancias medicalizadas», sostienen en un escrito que van a hacer llegar a alcaldes y parlamentarios. Lo que plantean no es nuevo. Es lo mismo que defienden desde que en 2008 desapareció la UVI móvil que se encargaba en Álava de los traslados interhospitalarios y desde que ven cómo aumentan los accidentes de tráfico, los laborales, las caídas graves, los casos de paradas cardiorrespiratorias, los ictus o se logra salvar la vida de bebés nacidos con apenas 700 gramos. Ya se lo rebatieron al consejero cuando éste tuvo que acudir al Parlamento hace un año para responder a las dudas sobre la atención que se dio a dos niños de corta edad en Vitoria en una situación crítica -un bebé prematuro que falleció por un fallo cardiaco y un pequeño que se ahogó en Gamarra-.
Cada servicio debe estar integrado por personal médico, de enfermería y técnico
Osakidetza sí atendió las demandas de refuerzo en el área de Hondarribia-Irún, en Gipuzkoa
La dotación de ambulancias de emergencias «es escasa», denunciaron y vuelven a la carga ahora tras lograr que Osakidetza escuchara sus demandas en Hondarribia-Irún. Además de estas dos UVIs móviles, la red de emergencias alavesas cuenta con dos ambulancias de soporte vital avanzado con enfermería en Vitoria y Amurrio y otras once de soporte vital básico con dos técnicos de emergencias repartidas por el territorio. Cuatro están en Vitoria, pero dos de ellas no funcionan de noche. Además está el helicóptero de Osakidetza, que sólo puede volar de día y nunca si hay rachas fuertes de viento o niebla.
Álava además de dispersa tiene una climatología que no ayuda. Una ambulancia de soporte vital básico debería atender una llamada a cualquier rincón en menos de 8 minutos y una UVI móvil, en menos de 15 o de 30 si se trata de una zona rural alejada. «Y en función de la época del año esto es difícil».
Según aseguran los delegados de ESK, la UVI de Llodio tiene que realizar unos 150 traslados interhospitalarios al año, algunos de los cuales pueden suponer que esté fuera de la zona durante «muchas horas». Además, con frecuencia sale para atender avisos de Galdakao, Lemoa o Zeanuri; o sea, en Bizkaia. Y la de Vitoria, aparte de la capital cubre Rioja Alavesa, la Montaña o la comarca de Añana.
Cuando es necesaria la UVI y está ocupada o se ve que no va a llegar a tiempo se pide a los servicios de emergencia de Haro y Logroño o Miranda. «Se encargan ellos y dejamos de tener control sobre lo que pasa a ese paciente». «Ocurre una media de 10-15 veces al mes», dicen. En otras ocasiones, el 112 se pone en contacto con un médico y una enfermera de un PAC o un centro de salud para que monten en una ambulancia y atiendan la emergencia. «De esta manera se tarda más en activar o coordinar este refuerzo y puede que el que llegue no tenga experiencia en el manejo de críticos», sostienen los representantes sindicales. Y si ya se da el caso de que coincidan en el tiempo dos grandes emergencias, el sistema no llega.
A su juicio, una buena solución sería dotar a la zona de Rioja Alavesa de una UVI móvil con base en Leza, el hospital cabecera de la OSI de una comarca que en verano multiplica su población. También reclaman que se recupere la ambulancia especializada en traslados entre hospitales con personal formado en neonatología y estabilizaciones complejas. Supondría contratar a 30 especialistas y buscan la implicación de los alcaldes.
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