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La compra de Talgo por parte de un consorcio vasco liderado por Sidenor ha sido una fantástica noticia para Álava. Además del «componente simbólico» que ... supone devolver el domicilio fiscal de la empresa al territorio histórico también supondrá una «garantía» para mantener los 700 puestos en la planta de Rivabellosa (Ribera Baja) y otros 5.000 de carácter indirectos que genera en el territorio histórico.
«Este es el inicio de un recorrido de largo plazo», ha subrayado este miércoles en las Juntas Generales el diputado general, Ramiro González, sobre la entrada en la compañía ferroviaria del consorcio que conforman Sidenor, el Gobierno vasco y las fundaciones de la Caja Vital y la BBK.
El máximo dirigente foral ha considerado que esta operación es un «ejemplo para mantener la competitividad del territorio» que ahora tiene que enfrentarse a una cartera de pedidos valorada en 4.000 millones de euros, la mayor de su historia. Para eso ha considerado clave una colaboración interinstitucional para paliar «el déficit de capacidad de producción» que tiene Talgo en estos momentos para cumplir con sus pedidos a través de una colaboración público-privada.
«Será necesario poner en marcha nuevas políticas de producción, alcanzar acuerdos comerciales, integraciones con socios que aumenten la capacidad de producción o activar planes de crecimiento», ha planteado el gobernante alavés.
La operación de Talgo, a su parecer, servirá junto a los proyectos previstos por Mercedes y DHL para «reforzar el liderazgo industrial en Álava». «La industria alavesa tiene presente y mucho futuro», ha rematado Ramiro González.
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