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Vitoria amaneció este domingo prácticamente sin agentes de la Policía Local. Decenas de uniformados de la Guardia urbana, en un pulso en toda regla al ... equipo de gobierno del Ayuntamiento, se ausentaron de su puesto de trabajo durante el turno de mañana por diversos motivos y dejaron las calles de la capital alavesa casi desiertas de patrullas en una jornada en que se juntaban la Media Maratón, la previa del derbi contra el Athletic y un gran ambiente en el centro de la ciudad. Estas bajas repentinas, que afectaron a alrededor del 80% de quienes estaban convocados en el primer turno de la jornada, llegaron tres días después de empezar la huelga de celo y tras conocerse el plan del Consistorio para contratar interinos, que ha servido como combustible para encender aún más el enfado entre los sindicatos policiales.
Un domingo cualquiera hay una veintena de agentes trabajando en Vitoria, pero la Media Maratón motivó un refuerzo de 18 efectivos. Aunque había convocados unos cuarenta policías, la realidad es que resultaba complicado encontrar uniformados en la capital alavesa. Según deslizan medios internos del cuerpo, los únicos efectivos con los que contaba la ciudad este domingo a primera hora eran dos agentes para hacer frente a la Media Maratón, otra pareja para atender al público en la comisaría de Aguirrelanda y uno para encargarse de las llamadas telefónicas. En total, cinco. «No hay patrullas en la calle, ni denuncias, ni atestados de tráfico... Hay una sola persona cogiendo las llamadas», relataban fuentes internas de la Guardia urbana.
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La situación, aseguran, llegó hasta tal punto que el Ayuntamiento se vio obligado a movilizar a miembros del equipo de escoltas de la alcaldesa Maider Etxebarria. También se avisó a los mandos de libranza para tratar de desarrollar el servicio de manera efectiva.
Según estas mismas fuentes, «la gente está muy cabreada» tras la decisión de contratar interinos dentro de la Guardia urbana, algo que se interpreta entre los patrulleros como «cruzar una línea roja». El nuevo concejal de Seguridad, el jeltzale César Fernández de Landa, «aún ni se ha presentado a la plantilla», así que exigen «explicaciones» a la regidora.
Portavoces autorizados del Departamento de Seguridad reconocieron este domingo que se habían dado bajas en Aguirrelanda, aunque no concretaron cuántas. No obstante, recalcaron que a pesar de las ausencias, el «principal servicio» a cubrir era la Media Maratón y «la Policía Local estaba en el desarrollo de la prueba junto con el operativo externo tal y como se había planteado», es decir, con el personal de la propia organización de la prueba decana del atletismo vitoriano. «Hay una cobertura operativa suficiente para garantizar la seguridad de la prueba», detallaron. Sin embargo, no desvelaron si todos los servicios llegaron a cubrirse.
En la previa del partido del Alavés, la seguridad es competencia de la Ertzaintza, que no se vio afectada por estas ausencias. El cuerpo autonómico tuvo que hacerse cargo de buena parte del trabajo que no pudo asumir la Guardia urbana, como ha sucedido en otras ocasiones cuando ha habido problemas por cuestiones como la polémica cita previa para formular denuncias. A partir de las 14.00 horas la situación volvió a normalizarse, ya que las bajas no afectaron al turno de la tarde.
La Policía Local tiene prohibida la huelga, del mismo modo que otras fuerzas de seguridad. Pero eso no impide que las centrales que representan a los agentes puedan tomar otras acciones como «aplicar la normativa» de forma intensa con un mayor número de multas -la denominada huelga de celo- o mantener «un trato exquisito con la ciudadanía en especialidades», que es la frase tras la que se esconde demorar los tiempos de atención al público.
Estas medidas se adoptaron tras una asamblea con la plantilla policial en la que participaron 150 de los alrededor de 400 efectivos con los que cuenta Vitoria. En ella, 112 apoyaron la huelga de celo, «pero la está ejerciendo el 100%», sostienen las fuentes consultadas por este diario. El hecho de que algún edil hablase la semana pasada de una «supuesta minoría» de agentes predispuesta a multar más también ha caldeado los ánimos en Aguirrelanda, donde ha habido quienes han querido forzar al Consistorio a escuchar sus peticiones.
Ahora, a estas decisiones de la plantilla se suman las bajas entre los efectivos, una apuesta que puede traer consecuencias, «pero se asume el riesgo». Las ausencias, aseguran, son «un primer aviso» que merma los servicios de la Policía Local de la capital en vísperas de Navidad, un periodo del año en el que la actividad aumenta entre las patrullas y será necesario contar con más personal de forma recurrente.
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