La adecuación de los accesos a la AP-1 costarán 12 millones y tardarán 3 años en completarse

La autopista AP-1, que enlaza Burgos con la localidad alavesa de Armiñón, es gratuita desde el pasado 1 de diciembre, pero la adecuación para su conexión con la autovía A-1, que requerirá duplicar la capacidad de los accesos, tardará en torno a unos tres años en completarse. Ese es el plazo que manejó ayer en las Juntas Generales el diputado foral de Infraestructuras Viarias y Movilidad, Josu López Ubierna, que cifró el coste de los trabajos en una cantidad «cercana a los 12 millones de euros».

Las obras serán financiadas en su totalidad por el Ministerio de Fomento, en virtud al convenio que el Gobierno central y la Diputación alavesa firmarán para establecer el reparto de obligaciones de cada una de las administraciones. La parte monetaria recaerá en Madrid mientras que Álava se encargará de la ejecución del proyecto que incluye distintas actuaciones como la eliminación de las cabinas de pago en Armiñón, la adecuación de la playa de peaje y la reconversión y ampliación de los accesos, tanto en sentido Madrid, donde la bifurcación pasará de uno a dos carriles de incorporación, como en sentido Vitoria, donde la ampliación pasará a dos o tres carriles, según el acuerdo alcanzado en la Comisión Mixta para la transferencia del tramo de seis kilómetros de la AP-1 que discurren por territorio alavés.

Esa transferencia, firmada con Lakua el pasado 26 de noviembre y efectiva desde el 1 de diciembre, tiene pendiente el definitivo traspaso de competencias a Álava, «como paso previo para la firma del convenio entre la Diputación y Fomento para hacer realidad la mejora de la conexión», indicó López Ubierna, que confía en que esta se produzca «este próximo mes de febrero».

Aunque el departamento foral de Infraestructuras Viarias tiene «los trabajos avanzados», el plazo estimado para la redacción de los proyectos de las obras «será de unos doce meses a partir de la firma del convenio». Después se procederá a la licitación y adjudicación de los trabajos, que podrían durar en torno a los 18 meses, de ahí la previsión de que «en el horizonte de tres años se lleve todo a cabo».

Desde que se liberalizó la autopista, el Ministerio ha asumido, de forma provisional, las labores de mantenimiento y conservación de la vía, que le fueron adjudicadas por un contrato de urgencia a la concesionaria de la AP-1 que venía realizándolas hasta entonces. Así continuará hasta que el Gobierno foral «realice los trámites administrativos necesarios para que efectuemos la contratación oportuna», indicó el diputado, que avanzó que estos «podrían incluirse dentro de otros contratos vigentes en vez de realizar uno específico».

López Ubierna presentó también en su comparencia en las Juntas el Plan Integral de Carreteras de Álava (PICA), que sigue su proceso de tramitación, una vez que se han incorporado al mismo las alegaciones admitidas en el plazo de información pública y la declaración de impacto ambiental.