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La Diputación de Álava cuenta con 1.029 plazas públicas en residencias para mayores. Una cifra que no logra cubrir la demanda que existe en ... la actualidad. Y es que hay 279 personas esperando para acceder a este tipo de equipamientos, según datos aportados por el Departamento de Políticas Sociales al grupo juntero del PP. Son personas con un grado de dependencia II –de tipo severa– y III –con pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o de carácter sensorial– que no consiguen un hueco.
Ni los nueve geriátricos propios, ni los tres equipamientos de gestión indirecta (Ariznabarra, Arabarren y Pablo Neruda, donde el total de sus camas son para los usuarios que envía la Administración), ni las 271 plazas concertadas en otros equipamientos son suficientes para dar respuesta a la demanda. Por eso tienen que quedarse en su domicilio o acceder a una residencia privada, donde una habitación individual fluctúa entre los 3.300 y 3.900 euros mensuales, y para lo que algunos cuentan con la denominada ayuda foral de prestación vinculada al servicio denominada PEVS.
Ana Salazar, del PP, hace un seguimiento periódico de estos datos. En enero, la vez anterior que preguntó a este respecto al diputado foral Gorka Urtaran, había 294 personas esperando para acceder a una residencia, es decir, quince más de los que hay en la actualidad. Sin embargo, hacer una comparación entre distintos meses no resulta 100% fiable, avisan.
La demanda de plazas en geriátricos claramente está al alza. A medida que se toma distancia respecto a la pandemia, la confianza sobre las residencias –donde el virus se cebó con los más vulnerables– vuelve a recuperarse. A eso hay que sumar que el geriátrico foral de Samaniego está en obras, lo que resta 41 plazas. Ahora, la Diputación está obligada a buscar hueco para veinte internos del CIAM San Prudencio de Vitoria, que tienen que abandonar las instalaciones de la calle Francia tras su reconversión en viviendas comunitarias de titularidad municipal.
En la información enviada esta misma semana a las Juntas Generales de Álava, se especifica que en esa lista de espera hay 162 casos de psicogeriatría –que abarca desde Alzhéimer a otro tipo de trastornos derivados de edades avanzadas– y 117 de tipo asistido.
La información remitida al legislativo alavés también incluye datos sobre los centros de día de la Administración foral. En este caso hay 90 con necesidades de tipo psicogeriátrico y 34 de tipo asistido. Así que en total hay 124. En este caso sí que ha engordado la lista de espera ligeramente, pues se han sumado dos personas más. La cifra en este tipo de equipamientos no ha dejado de crecer desde 2023. En enero de ese año había 35 personas pendientes y siete meses después ya había 80. Así que el número de gente pendiente de una llamada de la Diputación se ha triplicado en apenas dos años.
También hay lista de espera en los centros rurales de atención diurna (más conocidos como CRAD). Hay cinco personas pendientes de la llamada del Departamento foral de Políticas Sociales: tres en Elvillar, una en Salvatierra y otra en Zigoitia. Eso sí, no hay nadie pendiente de que queden huecos en viviendas comunitarias situadas en los pueblos.
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