Un camión pesado circula por una rotonda de Zabalgana

Una «autovía» debajo de casa en Zabalgana

Vecinos de Alto de Armentia critican el exceso de velocidad en esta salida de Vitoria, mientras la asociación Zabalgana Batuz carga contra el ruido que provocan los camiones

Daniel González

Lunes, 9 de mayo 2016, 01:28

Si de algo se congratulan Rubén y Arantxa es de haberse acostumbrado al ruido que generan los vehículos que circulan a diario por Alto de Armentia. Este matrimonio reside en el primer piso de uno de los bloques del sector de Mariturri, en el barrio de Zabalgana, justo frente a la carretera de tres carriles que utilizan miles de conductores para salir de Vitoria. Tras unos años viviendo allí, han aprendido a ignorar el ruido. Ya no les afecta. «No notamos la molestia del tráfico, salvo en días puntuales», explican, porque reconocen que por la carretera también suelen verse camiones de gran tonelaje. A lo que no se resignan, en cambio, es a la gran velocidad a la que pasan los coches por esta vía.

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Les preocupa que algunos conductores pisen a fondo el acelerador e incluso se salten el semáforo. «Aunque se ponga rojo, parece que no lo ven», coinciden ambos. En alguna ocasión se han encontrado este problema cuando van a cruzar con sus dos hijas, por lo que él apuesta por la colocación de algunos badenes que impidan que se supere el límite de velocidad. Porque aunque las señales de este antiguo tramo de la N-1 indican que no se pueden rebasar los 50 kilómetros por hora, para algunos conductores la proximidad de la salida de Vitoria es una invitación a acelerar como si ya estuviesen en la autovía.

No en vano, esta carretera se ha convertido en una de las batallas del colectivo vecinal Zabalgana Batuz, que desde hace años reclama al Ayuntamiento una solución integral para acabar con todos los problemas que presenta. Porque hasta ahora las medidas que se han aplicado no han logrado su objetivo. En ese sentido, el anterior concejal de Seguridad Ciudadana, Borja Belandia, puso sobre la mesa la necesidad de analizar esta cuestión. Los datos no arrojan dudas. Entre el 6 y el 13 de abril se instaló un aparato a la altura del semáforo y contabilizó 42.516 vehículos por esta carretera. De ellos, el 45,66% circulaban por encima de la velocidad permitida.

Pese a la colocación de un radar fijo y la plantación de setos para que ejerzan de pantalla natural contra el ruido, a juicio de la asociación estas medidas «están sirviendo de poco». Para ellos la solución pasa por cambiar el asfalto de esta vía de acceso a Júndiz, ya que por su antigua condición de carretera nacional «no es de tipo urbano», y eso incrementa el ruido generado en las viviendas y las vibraciones. «Es preciso que se sustituya», abogan desde Zabalgana Batuz.

Residentes resignados

Frente a esta postura, los vecinos de la calle ya han tirado la toalla. «Ya no me molesta, me he acostumbrado», admite Idoia con resignación. Lo que sí que pide son «más pasos de cebra» para poder cruzar mejor, y que el semáforo dure más tiempo. «Hay que ir casi corriendo», advierte.

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Y tras la barra de la cafetería Five, Ekhi no ha notado el problema. «Los vecinos se han acostumbrado, antes no había semáforos y ahora sí han puesto», destaca, apuntando al control del radar. «Dicen que es el que más recauda de Vitoria», añade, achacándolo a la proximidad de la autovía.

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