Nadie quiere organizar las dos próximas ferias taurinas de Vitoria

Los técnicos municipales creen que las exigencias del pliego original eran elevadas, sobre todo, en el apartado de requisitos, al exigir a los licitantes haber organizado al menos diez corridas de toros durante este año. Una exigencia que parece haber retraído a empresarios con menos recursos que los que manejan las principales ferias españolas.

Además, el Ayuntamiento obligaba a organizar tres festejos de primer nivel, dos de toros, los días 5 y 6 de agosto, con las principales figuras del torero y contrastadas ganaderías, y un festejo de rejones, el 7, con los caballeros más destacados. El resto de los días, el 25 de julio y el 8 y 9 de agosto, podrían acoger algún tipo de espectáculo vinculado a los toros, sin ninguna obligación para la empresa elegida. Al parecer, y según ha podido saber este periódico, a algunos de los taurinos interesados no les salían los números al tener que traer a la capital alavesa a los principales espadas.

A mediados de enero

Por tanto, al equipo de gobierno del PP no le queda otro remedio que convocar un nuevo pliego, que también abarcaría las ferias de 2015 y 2016. Eso sí, antes de elaborarlo contactará con las empresas y aficionados alaveses con el fin de recabar sus opiniciones para no volver a pinchar en hueso.

La intención del Consistorio es mantener los tres festejos punteros, aunque ahora cabe la posibilidad de que se pueda incluir a algún matador que no esté situado en los primeros puestos del ranking, pero que goce de predicamento entre los aficionados. Incluso, se podría plantear la organización de un cuarto espectáculo menor, del estilo de una novillada picada.

El nuevo pliego podría estar elaborado a mediados del próximo mes de enero, de manera que dé tiempo para poder organizar una feria en condiciones, habida cuenta de los fiascos acumulados en los últimos años, desde que Vitauri, el grupo de aficionados vitorianos, dejara de organizar la feria en 2010. Desde entonces, los tendidos han estado poco poblados de espectadores y la mayoría de los carteles han dejado mucho que desear.