Moroto, TxokoCrespi y otros fakes vitorianos que animan twitter

Pescamos esta nueva palabra en la Red y la hemos hecho nuestra. El término 'fake', que significa 'fraude', suena irónicamente tan divertida como muchas de las historias que esconde y, quizá por eso, la usamos con soltura. En internet, un fake es una historia falsa. Generalmente es una broma que juega a ver cuánta gente se cree la bola. En otras ocasiones, directamente se va a hacer daño. En el universo twitter, el fake se refiere a una careta. Es decir, alguien con un pseudónimo parecido al de un famoso imita desde la ironía los comentarios que éste pudiera hacer sobre los más diversos temas. La idea tampoco es que sea muy nueva. Los antiguos griegos ya usaban máscaras teatrales en sus representaciones. No es que el actor pretendiera ser un fake -el origen de cubrirse tiene más que ver con ritos religiosos que con la farándula- pero sí era un disfraz con dos funciones de los más necesarias sobre las tablas: convertían al hombre real en personaje y servían para amplificar la voz de los actores. Exactamente los mismo que hace un fake en twitter.

En Vitoria, ciudad muy aficionada a esta red social, podemos encontrar algunos ejemplos de fakes locales a los que merece la pena echar un ojo. No a esos que saltan la línea de la sátira y se arrinconan en el insulto anónimo, territorio de los cobardes. Nos referimos a los otros, a los que por su ingenio levantan al tuitero una sonrisa a media mañana, o que en plan serio intentan poner en evidencia las incoherencias de otros. La mayoría son perfiles relacionados con el deporte, aunque también los hay políticos. Se dice, incluso, que algún político local ha llegado a crear cuentas falsas con la que llegaba a debatir animadamente, se supone que para amplificar su mensaje en formato 'autoentrevista'.

Muchos de esos perfiles con carga ideológica nacen como respuesta a una situación particular y van perdiendo fuelle cuando el personaje desaparece de la primera línea. ¿Alguien recuerda el fake del lehendakari Ibarretxe? Lo tuvo y fue muy comentado. Hoy tenemos uno de Íñigo Urkullu (@iurkulu), cuyo último tuit el pasado viernes fue: "Me voy a Noja a pasar el fin de semana". El más reciente entre los de cargos públicos es el de Javier Maroto. Con el pseudónimo de Javier Moroto este usuario se mofa con bastante ingenio de la polémica creada y alimentada por el alcalde de Vitoria en torno a las ayudas sociales.

De todos modos los que más fuerza parecen demostrar en Álava son los que siguen el día a día del Baskonia. El baloncesto es una disciplina con muchos seguidores en las redes sociales y los entrenadores del Laboral Kutxa, con una marcada personalidad, siempre han dado juego. Brusko Ivanovic es ya un clásico en el timeline de 2.900 internautas. La de Sergio Scariolo (@SergioScariolol) quedó muda el verano

Y no tardó en surgir Txoko Crespi, alter ego del nuevo míster, que crece cada día. Hasta el presidente del club de Zurbano y máximo accionista del Alavés también tiene su cuenta falsa (@QuerejetaJ).

Pero, ¿quiénes son estos imitadores? elcorreo.com ha charlado con uno de ellos, el animado TxokoCrespi. No revelaremos su identidad, porque la gracia de estas cuentas es el anonimato. Temo el día que mi novia empiece a seguirme, comenta el tuitero. ¿Desvelare entonces mi identidad? Jajajaja. Quién sabe. Y es que la razón de ser de este divertimento es precisamente esa: pasarlo bien. No hay dinero en esta historia. Detrás de la mayoría, al menos, porque en internet uno nunca pude fiarse del todo. Y menos si se cuela la política por medio.

Nuestro interlocutor es un administrativo treintañero y deportista, al que le dio por iniciar la parodia porque seguía la de Pablo Laso (@PabloLolaso) y la verdad es que me reía mucho con él. Y es que el fake del entrenador del Real Madrid, con más de 60.000 seguidores, es uno de los más conocidos a nivel nacional. Está tan logrado, que en alguna entrevista el propio Laso ha reconocido que sus jugadores han llegado a pensar que era el de verdad.

En la descripción de los perfiles de twitter estos imitadores suelen avisar de que no el personaje real. Normalmente la chanza nace desde el cariño y no se trata de engañar a nadie. Son personas con una determinada afición, usuario de twitter -"pero normales, nada megafriki", aclara el fake del técnico transalpino- que echan mano al móvil o a la tablet cada vez que se les enciende la bombilla. "No cuesta demasiado mantener la cuenta actualizada. Aprovechas para comentar cuando lees alguna noticia. Además, al trabajar en una oficina siempre tienes el ordenador delante y no requiere tanto tiempo. Otra curiosidad es la relación que se surge en la red entre diferentes fakes. Interactúan entre ellos, se responden o completan chistes, aunque en la vida real no nos conocemos. No tenemos más relación más allá de las chorradas que nos contestamos unos a otros, reconoce.

-¿Y que objetivo tiene todo esto?

-Puedo bromear y decirte que lograr un millón de followers para hacerme rico, pero la verdad es que solo quiero que me empiece a seguir Marco Crespi".

Mirándolo bien, @TxokoCrespi, la fama está al alcance de la mano. El fake de Toquero (@Toquero_theboss) ya supera los 285.500 seguidores, casi diez veces más el Toquero real. Su secreto es tan obvio como reza la descripción de sí mismo. "Si, soy delantero y mi dorsal es el 2. ¿Y sabes por qué? Porqué es mi filosofia de vida: ante todo, dos cojones. ¿Perfil falso? Si, pero con dos cojones.