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Guía rápida para degustar una cerveza artesanal

Guía rápida para degustar una cerveza artesanal

Lager, Ale o IPA, conceptos antes desconocidos, abren el universo de las cañas de cara al festival que acogerá Falerina

Sergio Eguía

Miércoles, 30 de julio 2014, 11:14

En Vitoria hay buenos bares donde disfrutar de la cerveza, diferentes y variadas rutas de potes y, desde este jueves, Birra Zuzenean, el primer festival de cerveza artesana, que acogerá Falerina con vocación de agitar este periodo de prefiestas.

Pero vamos al lío. Álava, tierra de cebada, ofrece variadas opciones de cerveza artesana. Curiosamente, el cereal usado por nuestros productores locales es probable que no sea aún de aquí, pero todo se andará. De todos modos, lo que más notará en su boca al probar estas propuestas será la cantidad de lúpulo. Eso marcará -casi más que el estilo de la cerveza, en muchos casos- la diferencia entre unas y otras.

El lúpulo le da el amargor característico a la birra. Pero en las artesanas se lleva no pocas veces a otra dimensión. También agradecerá que la carbonatación sea natural, fruto de la fermentación y no añadido como en las industriales. Y los posos, eso que tanto molesta a muchos bebedores, se verán eliminados si opta por las cervezas de caña que se ofrecerán en este festival de nuevo cuño. Aproveche para beber del cañero, porque son fáciles de encontrar en botella, pero no tanto en grifo.

Si es la primera vez que se lanza a este tipo de productos hay tres datos para anticiparse a lo que se encontrará. El primero, el estilo. Lager (la rubia de toda la vida) o Ale, y entre las de alta fermentación el apellido Pale Ale, Brown Ale, Red o Amber Ale.

Hoy dominan las IPAs (Indian Pale Ale) con sus variaciones americana e incluso autóctona, como la divertida EPA de los ambiciosos Laugar, con fábrica propia en Gordexola. Lo segundo a mirar, el IBU. Hablamos de una escala de amargor. Las industriales andan por los 20-30 IBU. Las artesanas suelen mejorar esos números.

Por último, la concentración de alcohol. No se deje asustar por 6, 7 u 8 grados. En boca no debe notar sensación alcohólica y por más fuerte que sea, que le dará carácter, esa sensación cabezona desaparece en breve. La recomendación es empezar por los productos más sencillos, que no fáciles, porque producir una buena y personal cerveza es como resolver un enigma escondido dentro de un acertijo. Luego suba hacia propuestas más exigentes.

Delicias locales

Respecto a la carta de cervezas que podrán degustarse en la cima de la "almendra" medieval a partir este jueves, Kaltenecker, la lager de los checos, es caballo ganador. Olañeta es también una opción clásica y las de Aktien le transportarán a una campa alpina. Dougall"s, tanto con la fina Raquera (es un Pilsner) como la 942 son una buena puerta de entrada a la cerveza artesana.

De ahí dé el salto hacia Guineu, Laugar y Baias -su Mandarina Pale Ale es una delicia- y envalentonado pruebe Naparbier, Vier y las travesuras de La Petra de Sesma. Los ingleses de Anarchy y los holandeses de De Molen no harán concesiones. Así que para disfrutarlo pise sobre seguro. De postre, fin de fiesta y fuegos artificiales una Nuclear Hophead de Falken. Producto vitoriano. Puede empezar también por ésta. Le gustará igual, pero no la disfrutará lo mismo. Hay que educar el gusto y para eso la cerveza artesana no tiene rival.

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