Sin agua caliente ni calefacción

Para los 156 residentes de un bloque de viviendas de alquiler social de Salburua meterse bajo la ducha se ha convertido en toda una odisea. Desde la tarde del lunes sólo sale agua «helada» de sus grifos, y tampoco pueden poner la calefacción porque la caldera comunitaria que da servicio a los seis portales del edificio ubicado entre la Avenida de Praga y el Paseo de la Iliada está precintada por el impago de las cuotas que llevan realizando «de forma reiterada» algunos de los inquilinos. Pese a que desde la gestoría que lleva los asuntos de esta comunidad admiten que se adeudaba a Endesa, la compañía que suministra el gas, «dos facturas con un importe grande», el corte del suministro les pilló por sorpresa. «Parece que pusieron algún cartel en el edificio, pero a nosotros no se nos comunicó que se iba a tomar esa medida», apuntaban ayer.

En esta oficina no entienden por qué se tomó la decisión «cuando había una orden de pago para el mismo martes de la factura más grande. No nos ha dado ni tiempo a pagarla, no nos han dado opción», agregaron. Eso sí, tanto ellos como Alokabide, la sociedad pública del Gobierno vasco propietaria del inmueble, han trabajado para solventar este problema. «Hoy -por ayer- se va a poner en marcha el suministro», avanzó la gestoría.

Y es que Alokabide ha asumido el importe adeudado «adelantando las cuotas trimestrales que le corresponden» para poder pagar a Endesa las dos facturas con el fin de que se restablezca el servicio. Algo que la sociedad pública ya venía haciendo al cubrir el dinero de los recibos que se devolvían, aunque con la llegada del invierno y el consiguiente aumento del consumo esos fondos no han sido suficientes para hacer frente a las deudas. Aunque no es la primera vez que la compañía eléctrica toma esta decisión con otra de las comunidades de vecinos de Alokabide que ellos gestionan. «Ya nos ha pasado otra vez», advirtieron.

Queja en los juzgados

Por eso, la sociedad pública de alquiler de vivienda «ya nos ha trasladado que en cuanto venzan los contratos con esta empresa los rescindamos», explicaron. Una medida que se aplicará «a todas las comunidades de Alokabide que gestionamos», ya que «otras compañías sí que están dispuestas a conceder más aplazamientos o, al menos, te avisan y puedes negociar». Y aunque las previsiones eran que para la tarde ya se hubiese levantado el precinto, los residentes del bloque mostraban ayer su desconfianza. «Veo muy difícil que hagan algo antes de Semana Santa», valoraba la administradora de uno de los portales.

Ante esta situación, los vecinos presentaron una serie de firmas y una queja formal tanto en los juzgados vitorianos como en la vicenconsejería de Vivienda, centrándola contra la gestoría, Alokabide y la empresa que realiza el mantenimiento de la caldera». Acabamos de hacer la denuncia porque es el último día útil y esperamos que alguien pueda intervenir», agregó esta vecina. Y en la comunidad el ambiente estaba crispado. «¿Qué va a ser lo siguiente, que nos corten la luz?», protestaba Susana, lamentando la situación. «La gracia es que lo cortan por falta de pago. Pues no será por mí", agregó antes de censurar que «encima que haces un esfuerzo importante por abonarlo, que te quitas de otras cosas para eso, van y te dejan sin agua por unos que no han pagado». Por su parte, Carlos volvía a casa tras parar por la ducha de la vivienda de sus padres. «Cuando hablas con Alokabide sólo te dicen que lo están solucionando. Y así llevamos estos días», criticó.