El adiós de una veterana jovial

La marcha de Encina Serrano deja en el Ayuntamiento una huella muy particular. Lejos de ser una figura gris, su personalidad se ha proyectado en numerosas iniciativas, en un abanico tan colorista como el que refleja también su guardarropa. Y, al margen del éxito o el fracaso de sus propuestas, en sus diez años con responsabilidades en los gobiernos locales ha mostrado un talante jovial -que algunos de sus críticos asocian a lo superficial- y un convencimiento de que incluso en la tradicional Vitoria se pueden plantear cosas distintas.

Tanto como la apuesta por el Montehermoso de Xabier Arakistain -a quien recibió con los brazos abiertos al final de su segundo mandato con Alfonso Alonso, en 2007- o el intento de impulsar por esas mismas fechas el entonces anónimo multiusos con un concierto de Elton John, que finalmente canceló la gira. Lo cierto es que, otras consideraciones aparte, las personas del mundo de la cultura coinciden en la accesibilidad de Serrano, siempre dispuesta a escuchar a los artistas y otros agentes. Aunque el ánimo de la concejala le haya llevado a apuntarse en su día a traer a Vitoria hasta a AC/ DC, sin saber muy bien quiénes eran los hermanos Young.

La hasta hoy concejala de Cultura y Fiestas en el Gabinete Maroto nació en Ponferrada el 20 de noviembre de 1948 (alcanza pues los 65 años y se jubila) y reside en la capital alavesa desde hace más de cincuenta años. Serrano es administrativa del Departamento de Sanidad del Gobierno vasco (en excedencia) y expresidenta de Unicef en Álava. Comenzó en el Ayuntamiento como portavoz popular de Asuntos Sociales entre 1995 y 1999. Ese fue el prólogo para su amplia etapa como concejala delegada de Cultura, un ciclo que llegó hasta 2007. En el pleno extraorinario que se celebra esta mañana se hace oficial su marcha definitiva.

De entonces, unos años en los que la bonanza económica permitía innovar en diversos campos, se recuerdan los apoyos a festivales como el Azkena Rock o Magialdia. O la creación del ya extinto consorcio Cultural Álava -con la Diputación y la Caja Vital-, que apostaba ya en 2002 por los Grandes Conciertos clásicos.

Serrano difundió también el impulso inicial a la idea de un auditorio para Vitoria, que no ha llegado a prosperar una docena de años después. Más sonados han sido "pinchazos", como la polémica cabalgata de Reyes de 2000, cuando se sustituyeron las carrozas por dromedarios y los monarcas acabaron dando un poco regio paseo a pie tras negarse a montarlos. Amargas, sin duda, fueron aquellas jornadas navideñas, con el estreno en la plaza de los Fueros de la pista de hielo a la que las averías dejaron parada tres días.

Éxitos y polémicas

Eso sí, tras el patinazo inicial ha sido todo un éxito, como el mercado medieval, el traslado de las txosnas de La Blanca desde Luis Heintz al campus o la pantalla gigante para ver bajar a Celedón en la plaza de España. Lo que no se vio en las fiestas de 2004 fue el vuelo acrobático de la Patrulla Águila, una idea envuelta en polémica, al igual que la sustitución frustrada de los heavies Su ta Gar por Chenoa, dos años antes en La Blanca.

Otros festejos, los de Olárizu iban para el récord Guinness en 2001, con una veloz tirolina de 115 metros de desnivel y 450 de recorrido. Serrano la estrenó, pero la tercera en bajar sufrió un grave accidente.

Mal lo pasó también la concejala en la oposición, cuando entre 2007 y 2011 ejerció como portavoz de Cultura del PP en el cuatrienio del alcalde Patxi Lazcoz, con Maite Berrocal como edil responsable. Ya en su actual etapa, los recortes que han dejado a Montehermoso a años luz de lo que fue, el fracaso rotundo de la última feria taurina de La Blanca y la polémica rebaja en las tarifas del Iradier Arena, investigadas por el fiscal, pueden suponer un amargo regusto para esta entusiasta veterana que ha echado el resto este mismo año con la celebración del Bicentenario de la Batalla de Vitoria.