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Entramos en la cárcel de Zaballa
sustituye al penal de nanclares

Entramos en la cárcel de Zaballa

Los presos ganarán un 30% de espacio en las celdas, tendrán vistas al Gorbeia y piscina "con fines terapéuticos"

F. GÓNGORA

Viernes, 25 de marzo 2011, 18:05

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El centro penitenciario Norte I de Zaballa, nombre oficial que desterrará a Nanclares de su vinculación histórica con la cárcel, al menos en el nombre, tiene unas dimensiones tremendas y representa una evolución con respecto a los actuales modelos carcelarios. El diseño, más funcional que las antiguas cárceles 'modelo' obedece a una distribución en dos grandes espacios interiores que confieren al conjunto un carácter urbano, de ciudad. El primero sirva para visitantes y funcionarios y el segundo conecta y articula todos los edificios de carácter interno.

Ocupa 80.000 metros cuadrados. Carece de torres de control y vigilancia aparentes aunque más de 200 cámaras de televisión vigilan cada rincón con un sofisticado sistema de última generación. Su perímetro de seguridad, de 3 kilómetros, está formado por cinco vallas y muros de hasta seis metros de altura, algunos dotados de alambradas antifuga.

Es la primera cárcel construida en España que se ha adaptado a la orografía, una ladera del monte San Miguel, de modo que está dividida en tres plataformas. Hay desmontes de hasta 40 metros de altitud. Eso permite, por ejemplo, que las celdas más altas tengan unas espléndidas vistas sobre la Llanada y en días claros puedan ver el Gorbeia y todas las sierras de la divisoria de aguas con Vizcaya y Guipúzcoa.

Las 720 celdas son de 13 metros cuadrados. Las que se construían hace diez años, como la de Valdemoro, tenían 10 metros. Los presos ganan un 30% de espacio. Están equipadas para dos presos por lo que la población reclusa puede llegar a ser de 1440 , aunque la media de ocupación actualmente no llega a 1,50 Todo es mucho más amplio. En edificios de servicios como la cocina o el taller llama la atención los altísimos techos.

El diseño bioclimático de todas las instalaciones, ventanas, techos, tejados, permitirá un gran ahorro energético. Además se ha introducido por vez primera la microgeneración de energía eléctrica con gas natural con posibilidad de ampliar a cogeneración.

No es una cárcel, sino una ciudad penitenciaria

Si las cárceles se han hecho tradicionalmente para encerrar a los internos sin miramientos, los colores más abundantes, los verdes y cremas, que dominan las instalaciones de Zaballa se han diseñado para relajarlos. «Todo es más amplio, más cómodo y más seguro. Se ha hecho con criterio sostenible para facilitar la integración social de los presos. Esto no es una cárcel, sino una ciudad penitenciaria», enfatizó Ángel Martínez, presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios.

La enfermería es un verdadero «minihospital» con 36 habitaciones . Se podrán realizar consultas telemáticas con especialistas que evitarán los viajes a los hospitales. «Se trata de humanizar en lo que se pueda la estancia de los reclusos», subrayó el delegado del Gobierno Mikel Cabieces.

Habrá juegos infantiles en el módulo de convivencia de los presos con sus familias. También, frontón campo de fútbol, polideportivo y hasta una piscina cubierta con fines terapéuticos.

Las obras han costado más de 103 millones de euros. Y estarán finalizadas en dos meses, aunque el delegado del Gobierno no quiso poner fecha al traslado de presos desde la antigua cárcel de Nanclares, que no tendrá uo penitenciario y se devolverá al Ayuntamiento de Iruña de Oca.

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