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Óscar de Marcos desborda a Rubén y éste le toca en el pie, derribándole. El árbitro pitó la falta máxima. / JESÙS ANDRADE
ALAVÉS

De Marcos pide paso

El interior de Laguardia marcó, provocó un penalti y fue el mejor del Alavés el día de su debut en el once titular del equipo

J. E. GÓMEZ BUSTO

Domingo, 11 de enero 2009, 03:33

A pesar de que el resultado y la tónica desquiciante del Deportivo Alavés en los primeros minutos del partido volvió a dejar a los albiazules el recordatorio de la derrota, la escuadra vitoriana tuvo entre tanto desaguisado una buena nueva: El debut como titular de un Óscar de Marcos espléndido. El interior de Laguardia se convirtió en el mejor jugador de su equipo y ofreció su carta de presentación a un Javier Mandiola que reconoció las virtudes del canterano a la conclusión del partido.

Lo cierto es que las dudas que habían acechado el funcionamiento de la banda izquierda tras la marcha de Toni Moral al Racing quedaron ayer disueltas con la aportación del interior, volante o extremo de Laguardia. Su desparpajo y las intervenciones que protagonizó se destaparon como un dechado de virtudes. De Marcos desequilibró por su banda, tuvo desborde, puso la pelota sobre el área, provocó un penalti y marcó un gol. ¿Qué más se le puede pedir en un debutante de 19 años?

Durante los primeros 20 minutos, el Alavés sólo llevó peligro por la banda izquierda. En el éxito de la cuestión estuvo contenido el apellido del alavés, que dio la cara y no se escabulló. En el minuto 3 protagonizó la primera incursión por su lado natural con centro final al área. En el 5 ratificó sus intenciones. Poco a poco fue el más incisivo de los vitorianos.

Repliegue defensivo

Las ganas del debutante le aportaron energía para involucrarse en defensa y replegarse cuando el balón requirió el esfuerzo de su ayuda. En el 26, un pase visionario de Emilio Sánchez fue perfectamente leído por De Marcos que, buscando la espalda al lateral y apurando su atención más tarde con una bicicleta en el regate, acabó por colocar un centro en la cabeza de un Javi Guerra que no llegó a tiempo para empujar la pelota al fondo de las mallas.

A partir de ese momento, los creadores del juego albiazul no apostaron por el canterano, que se vio desasistido en beneficio de la banda opuesta. En los minutos previos al descanso, la pelota volvió a caer en las manos del albiazul, que retomó su capacidad de desborde para meter otros dos balones en el área pequeña. Uno de ellos culminó en un posible penalti no señalado por el árbitro sobre Guerra.

Tras el descanso llegó la confirmación de un espléndido Óscar de Marcos. Después del segundo tanto del Celta, el extremo convirtió el primer balón que tocó en una peligrosa falta merecedora de tarjeta al borde del área grande. En el minuto 66, un pase de Igor en diagonal para su compañero de categorías inferiores se convirtió en un penalti bien buscado por el de Laguardia ante un experimentado Rubén.

Un gol ilusionante

A quince minutos para el final, De Marcos volvía a las andadas mediante un centro de Kalderon que creó peligro en la puerta contraria. En el 80 vino el 'summum'. Un cabezazo perfecto en plancha a centro de Emilio Sánchez ponía el 1-2 y llenaba de esperanza el estadio. «La verdad es que no he visto la pelota, me ha dado en la cabeza más que yo a ella», reconoció. De ahí hasta la conclusión, la mayor parte de las acciones de peligro alavesistas llevaron o pasaron por las botas del joven canterano. Por si fuera poco, lejos de mirarse el ombligo, le dolió la derrota. «No estoy lo contento que esperaba. Se han perdido los tres puntos. Creo que hemos merecido algo más», declaró.

El choque sirvió también para el estreno de Mandiola en Mendizorroza y de Pablo de Lucas, ambos ensombrecidos por el resultado y el brillo de De Marcos.

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