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Un buceador saca una pieza de oro del 'Jesús y María de la Limpia Concepción', hundido en Ecuador. / E. C.
Historiadores denuncian la «desidia» de España hacia sus galeones hundidos
SOCIEDAD

Historiadores denuncian la «desidia» de España hacia sus galeones hundidos

Los 2.000 barcos con pabellón nacional sumergidos en los mares del mundo representan «un negocio más rentable que el petróleo»

EL CORREO

Jueves, 27 de marzo 2008, 03:18

El académico de la Real Academia de la Historia ( RAH ) José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano ha denunciado la «desidia» de la Administración española respecto al patrimonio arqueológico subacuático y aseguró que el Gobierno necesita que le «espoleen» para evitar que el inmenso patrimonio cultural que yace bajo aguas nacionales e internacionales «caiga en las garras» de «cazatesoros» como la empresa norteamericana Odyssey Explorer. «Hay que exigir una participación en esos beneficios, para desarrollar actividades culturales de todo tipo», alegó Alcalá-Zamora.

El historiador aseguró que los argumentos de los expoliadores son «falaces, insensatos y baratos» e indicó que no hay duda de que tanto la «carga» como la «bandera» del pecio encontrado por la empresa norteamericana Odyssey en un emplazamiento desconocido son «españolas».

La misma situación sufre el 'Nuestra Señora de la Concepción', un galeón español hundido en la República Dominicana, cuyo tesoro será explotado por una empresa norteamericana a cambio del pago de poco más de 2.000 euros, según Alcalá-Zamora . «El mayor problema es que España no sabe qué leyes tiene para proteger su patrimonio», argumentó . Pero existen, dijo, una «acumulación de derechos jurídicos» sobre los pecios encontrados: tienen derecho sobre ellos quienes descubren el derrelicto; el país en donde se ha encontrado el tesoro y la nación que armó el barco y le otorgó su bandera.

El director de la RAH, Gonzalo Anes, aseguró que la legislación actual es «incompleta» e, incluso, «contradictoria» respecto a los yacimientos arqueológicos y denunció que no exista una legislación «acorde con la importancia de estos tesoros». «Desde hace unos años no se han tenido en consideración estos hallazgos», agregó.

Anes recordó que el 5 de octubre del 2007 la Real Academia de la Historia aprobó un informe sobre el estado de la arqueología submarina española y sobre la necesidad de «impulsar su estudio», con el que quiso «influir» y exponer su «interés e inquietud» por estos asuntos.

El historiador reconoció que es «optimista» respecto a las reclamaciones españolas en el juzgado de Tampa (Florida) contra la empresa Odyssey y espera que esta cuestión se resuelva con el «tiempo». «Hay que confiar en la justicia norteamericana y evitar que nos sigan expoliando», alegó Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, quien asegura que existen unos 2.000 barcos hundidos de bandera española con un importante tesoro y patrimonio cultural en sus bodegas que debería ser puesto a disposición de todos los ciudadanos. «A nadie se le ocurriría entrar en el Museo del Prado y robar los cuadros para después exhibirlos en otros museos o galerías», argumentó el académico Martín-Almagro Gorbea, quien apuesta por crear un «gran museo de la navegación» a disposición de todo el mundo para evitar que se produzca este «disparate cultural. No podemos dejar que los piratas destrocen el patrimonio», alertó.

Un expolio rentable

«Deberíamos hacer un llamamiento a la Unesco para salvar el valor cultural e histórico de todos esos barcos hundidos, porque estamos escribiendo una página de la Historia mundial», añadió Martín Almagro, quien abre hoy el ciclo de conferencias que organiza la RAH con 'La arqueología submarina hoy en España'. Martín Almagro subrayó la alta rentabilidad del negocio de los cazatesoros, si se multiplica los 420 millones de euros (lo que podría valer la carga rescatada por Odyssey si fuera vendida al por menor en todo el mundo) por los 2.000 barcos de pabellón español que hay sumergidos en aguas de todos los océanos. «Es un negocio más rentable que el petroleo», alertó.

En este sentido, el historiador resaltó que vivimos un «momento crítico» para que la sociedad española se enfrente a unos expoliadores cada vez mejor dotados de «medios científicos y técnicos» antes impensables y cada vez más caros. Como ejemplo, Odyssey ha tenido a su disposición durante meses un robot submarino puesto a punto por la Armada estadounidense y único en su género. El alquiler de esta tecnología que permite la recuperación de restos a gran profundidad, así como el pago de los buques y de los tripulantes, exige inversiones millonarias por parte de estos cazatesoros norteamericanos cuyas empresas cotizan en Bolsa.

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