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PROTESTA. Scariolo, en un gesto de desacuerdo con un árbitro de la Euroliga. / EUROLIGA
«Venir a Vitoria y no competir sería un retroceso importante para nosotros»
SERGIO SCARIOLO, ENTRENADOR DEL UNICAJA MÁLAGA

«Venir a Vitoria y no competir sería un retroceso importante para nosotros»

El técnico cajista vislumbra un cambio de estilo en el juego del TAU y cree que «la explosión de Teletovic está abriendo nuevos caminos»

C. PÉREZ DE ARRILUCEA c.p.arrilucea@diario-elcorreo.com

Sábado, 17 de noviembre 2007, 03:25

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El Unicaja retoma hoy su dura realidad en la Liga ACB con una visita de órdago al Fernando Buesa Arena. Acumula cinco derrotas en la competición doméstica y dispone de un margen muy estrecho para lograr la mínima para la Copa del Rey. El reciente triunfo ante el Maccabi aleja un tanto los problemas mientras Sergio Scariolo busca la tecla para la reacción. El técnico de Brescia no augura milagros y quiere que sus jugadores miren a la cara de sus rivales baskonistas sin complejos. Ganar o perder ya es otra historia. «Venir a Vitoria y no competir sería un retroceso importante para nosotros», subraya.

-Antes del choque contra el Maccabi, dijo que su equipo había dado un paso adelante a nivel de actitud. ¿Confirmado después del triunfo ante los hebreos?

-Sí, el equipo va dando pasitos adelante. Técnicamente, somos un equipo sin jugadores que puedan meter todos los partidos 20 puntos, pero somos un buen equipo. Ahora bien, hemos tenido más de algún jugador con un nivel alto de ansiedad o de inseguridad u otros con una mala forma física debido a problemas pequeños o medianos. Son circunstancias que han molestado mucho en la integración o en la progresión de casi todos los miembros de la plantilla. El resultado es el de una irregularidad que todavía no hemos conseguido quitarnos de encima.

-¿Ante el Maccabi era un partido más? ¿La grada del Martín Carpena hubiera soportado otra derrota?

-No lo sé. Ante el iurbentia, la grada percibió las dificultades, la inseguridad de algún jugador, vio el esfuerzo del equipo y supo reconocerlo. Ante el Maccabi, el público vino con una predisposición muy buena para apoyar al equipo desde el inicio. Sí es cierto que hemos tenido un partido francamente malo en casa ante el ViveMenorca. Pero ante el iurbentia es diferente, se trata de un equipo que está jugando muy bien. Las dos últimas derrotas en casa no han sido iguales ni en la sustancia ni en la forma.

-Desde lejos, sorprende el buen inicio del Unicaja en la Euroliga con las complicaciones que sufre en la ACB. ¿Por qué ese contraste?

-No lo sé. Tener una idea clara es muy complicado. En la Euroliga quizás el nivel de presión es diferente. En la Liga hay una obligación de más urgencia o tal vez las expectativas respecto a algún jugador le han impedido rendir con la tranquilidad que es necesaria para poder jugar al baloncesto.

-¿El Unicaja llega tarde para lograr hacerse un hueco en la Copa?

-No lo sé. Históricamente, con nueve victorias se entra y nos quedan diez partidos. Tenemos que ganar siete de diez. Esas son cuentas muy poco científicas pero ahí están. Lo que debemos tener claro es que aún hay margen para recuperar.

-Ha iniciado la respuesta a las tres últimas preguntas con un 'no lo sé'. ¿Es por el cansancio?

-No. Cuando uno dice tener todas las verdades, o miente o sencillamente quiere vender que las tiene. Cuando los problemas se salen de cuestiones más controlables como lo técnico, lo táctico o lo físico y se entra en aspectos más psicológicos Cada cerebro es un mundo. Un jugador es persona en primer lugar, tiene su historial, sus puntos fuertes y debilidades. Ahí encontramos un laberinto complicado. Uno puede tener claro lo que le pasa a un jugador o a otro pero también hay que dejar tiempo a la gente para que se tranquilice, se centre y se vaya animando. Mientras, debemos seguir tirando con los que mejor están.

Obligaciones

-Toda recuperación precisa de encadenar una serie de resultados positivos. ¿Ganar en Vitoria sería un golpe de efecto para el Unicaja?

-No debemos pensar demasiado en este aspecto. Este partido no es imprescindible de cara a la Copa. Evidentemente, cuando tú piensas que todavía tienes un colchón y que éste es el partido más difícil que nos queda fuera de casa no tienes la sensación de absoluta obligatoriedad. Lo que sí es absolutamente obligatorio para nosotros es competir. No podemos ir a Vitoria y repetir, por ejemplo, lo que hicimos el año pasado. Eso sí sería un golpe duro, un retroceso importante para nosotros.

-¿Hay que buscar una conexión entre la indefinición respecto a su continuidad en Málaga el pasado verano, la forma en que se construyó la plantilla y la situación actual que atraviesa el equipo?

-No. La plantilla se cerró este año más rápidamente que en las anteriores temporadas. Los problemas de confianza que pueda tener un jugador los sufre independientemente de cuestiones así. Consideraciones de este tipo pueden ser lógicas desde fuera, pero luego el mundo de un jugador es la cancha. Y ahí estas cosas no entran.

-¿No fue un conflicto que desgastó tanto al club como a usted?

-No lo sé. Sencillamente, me llegó una propuesta inaceptable a la que dije que no. Hubo una semana en la que se estudió la posibilidad de salir del contrato. No se consideraron viables las propuestas que habían llegado y, a partir de ahí, se volvió a empezar a trabajar para terminar de construir el equipo. Luego, los medios tienen que escribir. Se especula, se inventa, pero lo que queda claro es lo que queda dentro.

Estilo y valores

-¿Cómo ve al Baskonia?

-Ofensivamente, la explosión de Teletovic está abriendo nuevos caminos. Es una forma un poco diferente de jugar respecto a la que históricamente era el estilo del TAU, con dos jugadores muy interiores. En defensa, el nuevo entrenador ha cambiado muchas cosas respecto al pasado. Son muchos cambios, pero creo que el equipo los lleva magníficamente gracias a la labor del cuerpo técnico. Pero también porque, al fin y al cabo, los valores como el compromiso, el espíritu de equipo y la ambición son propios del club.

-¿Cambia el estilo, pero no la mentalidad?

-Sí. Son valores que algunos jugadores que siguen en el equipo van comunicando y trasladando a los que llegan. Esa es la riqueza añadida a la capacidad y la profesionalidad de entrenadores y jugadores, que es indudable. Se trata de una fuerza mental contagiosa que parte desde el club y que necesita embajadores dentro de la plantilla.

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