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Scott, con la estatua de su amigo Marsalis. / BLANCA CASTILLO
«América es hoy un lugar horrible»
CHRISTIAN SCOTT, TROMPETISTA

«América es hoy un lugar horrible»

El músico de Nueva Orleans adelantó en Vitoria temas de su nuevo álbum, 'Anthem', que publica en septiembre

N. ARTUNDO n.artundo@diario-elcorreo.com

Martes, 24 de julio 2007, 11:10

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El amor, la tristeza, la furia, la compasión y la indignación son tan sólo algunos de los sentimientos que Christian Scott ha experiementado en torno al desastre del Katrina en su ciudad natal. Nueva Orleans y sus circunstancias han sido el motor de 'Anthem', el nuevo disco de este gran trompetista y compositor, que verá la luz en septiembre. Licenciado en la prestigiosa escuela Berklee -en la mitad de tiempo que el estudiante medio-, el músico de 24 años mezcla en su obra jazz, rock, funk, soul e incluso hip-hop. Toda una gran muestra de música contemporánea sobre la que siempre planean las sombras de Miles Davis... y de Jimi Hendrix.

-Hay mucha gente que trata de describirle, de clasificarle. ¿Cómo se presenta a sí mismo?

-Lo primero que tengo que decir es que no pienso en mí como en un músico de jazz, sino más bien como un artista que toca música. La razón es que en mis conversaciones con otros músicos hay muchas sensibilidades que no comparto. Y habitualmente con quienes sí las comparto son artistas visuales, cineastas o poetas, porque piensan en cam- biar y hacer las cosas mejor, mientras que los músicos sólo piensan sobre música. Y está bien, pero si yo hubiese ido a la escuela sólo para hablar de música, estaría listo.

-Su música crea toda una serie de atmósferas, de ambientes... ¿Suele pensar en imágenes cuando la hace?

-Muy a menudo. Pero no en el sentido de un cuadro o foto, sino más bien como escenas, una cosa muy abstracta. Por ejemplo, ¿cómo suena una mujer que camina hacia casa por un barrio que no es seguro? O, en el caso de 'Litany Against Fear' -el primer tema del nuevo disco-, fue una experiencia que tuve en Nueva Orleans.

-¿Cómo fue?

-Hallé a un niño que lloraba y tenía los ojos enrojecidos. Le pregunté qué le pasaba y me dijo que tenía miedo de la Policía mala, que era azul y se había llevado a su hermano. Temblaba de miedo. Me quedé clavado: no podía hacer ni decir nada, ni sabía cómo ayudarle. Fui a casa, tomé la trompeta y empecé a tocar para él, hasta que sonrió,... luego, volví a casa y escribí la canción. Nunca me había sentido así.

-Cuando sucedió el desastre del Katrina, todos los medios se volcaron. Ahora, ya no hay casi informaciones. ¿Cómo están la ciudad y su gente?

-La gente está furiosa, enfadada. Y yo también. Es duro decirlo, pero la mayoría de la gente está sin casa. Están en Connecticut, en Texas o en Phoenix. Y quienes han vuelto, están mal porque han descubierto que lo que pensaban del Gobierno americano en cuanto a no preocuparse por ellos o tratarlos como a ciudadanos de segunda es verdad.

-¿En tan malas condiciones se hallan?

-Mire: si usted y yo cogemos a alguien y lo encerramos sin comida ni agua durante dos días, vamos a la cárcel por intentar matarle. Lo hace el Gobierno, y no tiene consecuencias. Creo que la ONU o alguien debería decir a América 'estáis equivocados'. Es como lo de la guerra en Irak. Es una patraña: no se ha ido a liberar a nadie, sino a robar petróleo. Nadie te lo echa en cara. Es como lo de Nueva Orleans, un crimen.

-¿Tan mal ve a su país?

-Si América tiene una imagen 'distinta' es porque tienen más dinero y pueden pagar más medios de comunicación. Pero no es así. Error. Está bien jodida. Y, para ser sincero, es un lugar horrible donde estar. No digo que cualquier otro sitio sea mejor, pero mi experiencia es que no se preocupan por la gente, a la que se divide entre quienes tienen y quienes no.

-¿Por ejemplo?

-Hace poco he leído un artículo sobre 'Los seis de Jena'. En este pueblo de Louisiana, unos estudiantes de instituto están siendo juzgados por intento de asesinato. La escuela está segregada, y ellos decidieron sentarse a la sombra de un árbol en el lado blanco. Al día siguiente, se encontraron en el mismo árbol tres nudos de horca. Se enfadaron y decidieron seguir, así que la Policía apareció y les amenazó con emplear toda la fuerza de la ley si no se iban.

-Es de locos.

-Son chavales de 16 o 17 años... Crecieron las tensiones raciales y a uno de ellos le pegó un grupo de blancos. No pasó nada. Un día después, un chico blanco recibió una paliza. Nadie vio quién lo hizo, pero las autoridades culparon a los seis muchachos negros. Tenían grandes expedientes académicos y pensaban ir a la Universidad. Ahora, a uno le han condenado a 22 años. Parece de 1931, pero es de 2007.

«Prince es el mejor»

-¿'Anthem' es un disco concepto?

-Cuando hicimos 'Rewind That' fue rápido. Estuvo bien entonces: 'Bum, vamos a tocar'. Desde entonces, he estado enamorado -Esperanza (Spalding), con quien no sigo pero tenemos una de las mejores amistades-,... y esto cambia tu forma de tomar decisiones, cómo escribes y lo que oyes. Creo que he sido más consciente. El anterior era un trabajo musical para hacer que la gente se sintiera mejor, mientras que en este caso lo he escrito para intentar cambiar el mundo con la música.

-¿Qué importancia ha tenido su nominación al Grammy?

-Lo llamo 'Gramminación'. Da miedo. Yo he hecho música porque quería aportar algo, pero esto es totalmente distinto. Trabajé seriamente durante 12 años para formarme con mi tío (Donald Harrison Jr.). Luego, viene Prince y te dice que le gusta tu disco, y esto significa algo. Pero el Grammy es otra cosa. Hace dos días Wynton Marsalis me decía que la música es la única industria dominada por aficionados, y cuanto menos sepan de música, más dinero hacen.

-Todo músico tiene influencias, pero ¿quién le ha marcado más a la hora de tomar decisiones en su trabajo?

-Vaya, buena pregunta. Nunca me lo había planteado. Podría ser Miles Davis. O Jimi Hendrix. Miles estuvo 40 años en la industria musical, decidiendo, cambiando lo que hacía él y haciendo cambiar a otros. Pero su base era más segura e hizo probablemente más dinero que nadie. Y las decisiones de Jimi no siempre funcionaron. Creo que mi enfoque es tan independiente del dinero como Hendrix. Hizo lo que quería, aunque no gustara. Y esto nos lleva al lado oscuro de la industria musical, que tratará de venderte cualquier cosa. Por suerte, me encuentro a gusto con mi casa de discos.

-¿Cómo ha sido su reciente experiencia de grabar con Prince?

-He grabado una balada que es de las cancione más bellas que he escuchado en la vida. Él tocó el piano para enseñarme la armonía, y había algo que me hizo sentir el peor músico de jazz del planeta: veía lo que hacía y lo entendía, pero algo se me escapaba. Este hombre es el mejor, está en la cumbre de la excelencia y no tiene parangón. Le ves y te da la sensación de que no es humano.

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