El Haro se enreda y se desenreda

Como del blanco al negro, como del agua al vino. El Haro se mueve con tanta frecuencia en ese ejercicio de esquizofrenia que ya nadie se sorprende de que sus duelos se resuelvan con un final feliz aunque la historia, en su desarrollo, llega a desesperar en muchas ocasiones a su parroquia. Ayer, en concreto, a lo largo de toda la primera parte y el arranque de la segunda ante un jovencísimo Berceo porque, para sorpresa del respetable, el equipo blanquinegro formó sin delantero centro y con Breixo, un hombre de segunda línea con excepcionales prestaciones cuando llega desde atrás, como única referencia ofensiva.

El resultado del experimento fue decepcionante, aun acumulando dos encontronazos de la bola con los postes, el primero tras un espectacular voleón de Óscar desde veinte metros de distancia, el segundo al aprovechar Alberto un servicio atrás del interior izquierdo que estrelló en la cepa; y de forzar además la reacción de Asier a tiro de Aimar desde larga distancia y luego de Óscar, tras un disparo en diagonal que acabó envenenándose ante el meta del Berceo. Todo ello en menos de media hora.

Hasta ese punto, todo parecía hablar de las virtudes del cuadro de Roberto Ochoa que, dicho sea de paso, no sufría mayores problemas para controlar a su rival. Pero no era así. Breixo se movía de espaldas al marco escoltado por una línea de cuatro. Y cuando retrasaba su posición para ofrecerse al pase, dejaba sin opción de avance en línea de tres cuartos a sus compañeros de la línea medular. Todo un disparate.

Ese absurdo escenario se mantuvo durante los diez primeros minutos de la segunda parte en la que el Haro, envuelto en su propio enredo, comenzó a perder el control de la medular ante el bloque de La Isla que advirtió la circunstancia y dio un paso al frente para empezar a merodear, de forma puntual pero con algo más de insistencia y siempre sin peligro evidente, el área defendida por Javi Pérez.

El técnico jarrero enredó la madeja y se encargó de desenredarla a los diez minutos de la segunda parte. Dio entrada a Ander, un mediapunta con recursos para jugar de espaldas al marco rival y encarar después, que dobló las opciones de pase hacia las posiciones ofensivas del conjunto blanquinegro. Y logró más profundidad con la entrada de Dani Suárez por el carril, relevando a Javi López que se hinchó a enviar servicios al área para el que no había rematador.

A las primera de cambio, apenas un minuto después de su ingreso en cancha, Suárez afrontó una cabalgada en diagonal desde la posición de interior derecho hacia el vértice izquierdo del área visitante que culminó con un taconazo sobre Joseba que remachó, buscando el ángulo largo, con la derecha, a pie cambiado.

Luego fue Breixo el que, más oxigenado con la entrada en juego de Ander, aprovechaba un pase de la muerte de Alberto para ampliar distancias, y el que se encargaba de culminar una nueva producción personal de Dani Suárez condenando el choque. El cuarto de la tarde, un rechace que llegó a pies de Aimar sobre la línea frontal del área, y que éste llevó al fondo de las redes de primeras, no hizo sino premiar la lógica y cuestionar el inicio.