«La impresión 3D no ha llegado a las pymes, y es donde más va a aportar»

El departamento de informática del instituto Uni Eibar-Ermua comenzó hace una década a organizar unas jornadas dirigidas a divulgar la informática más allá de las clases. Cada año se descubren nuevos aspectos y la décima edición de Uni Encounter se ha visto marcada por el movimiento 'maker'. Las impresoras 3D y el hardware libre abren posibilidades que hasta hace unos años eran impensables. Es tiempo de cambiar los esquemas.

La apertura de Uni Encounter contó con un auténtico experto en esta tecnología. Iván Blasco lleva años inmerso en el mundo de la impresión 3D y es el presidente de Bilbao Makers, «un laboratorio de fabricación digital ciudadana». Natural de Elorrio trabajó en el sector de la máquina-herramienta en Ermua, y ahora vive en la localidad burgalesa de Carrasquedo, un pueblo de 15 habitantes. Precisamente una de las bondades de este movimiento de hardware libre es que se puedan fabricar los objetos de sean necesarios incluso en el lugar más recóndito. ¿Qué es una impresora 3D? No es más que un aparato que se puede fabricar en casa y que permite construir de forma tridimensional cualquier objeto diseñado en el ordenador. «Ahora está de moda, pero llevamos haciendo esto muchos años» señala Iván Blasco.

No obstante, el vencimiento de la patente del sistema de fabricación por adición de plástico hizo que el proyecto RepRap iniciado por el profesor Adrian Bowyer popularizase una tecnología que en los últimos años vive un gran auge. Eso está haciendo que haya ocasiones en las que los 'makers' se encuentren con personas que quieren fabricar su impresora pero no saben para qué. «Yo tengo mi empresa como diseñador de interiores. Antes, hacía un diseño de un mueble especial para un cliente, y la primera producción era muy cara. Muchas veces esos diseños morían en el tablero. Entonces, fabriqué mi impresora para hacer esos diseños realidad» explica Iván Blasco. Los perfiles de quienes ya están utilizando estas impresoras son variados. «Es una máquina que cubre necesidades muy dispares. Normalmente se relaciona con un hobby en concreto al que la impresora le abarata costes». Así, hay quien fabrica sus maquetas para juegos de rol, quien construye quadricópteros o maquetas de radiocontrol, «y ahora se están usando mucho en diseño de ropa o calzado» añade el experto.

La tecnología que hoy en día está en manos de cualquier persona, hace unos años era exclusiva de las grandes empresas. Sin embargo, Iván Blasco observa que hay un tramo por cubrir. «La impresión 3D empezó en la gran empresa, ahora ha dado el salto al hogar, pero no ha llegado a las pymes, y es donde más va a aportar. Yo creo que ese es el siguiente paso que le queda a esta tecnología, demostrar que es viable en la pequeña empresa, que creo que es su ámbito natural».

El trabajo de una impresora 3D no es tan diferente de la fabricación en un sector de tanta tradición en la zona como la máquina-herramienta. «Una pequeña pyme puede tener a su alcance una herramienta de prototipado rápido que antes sólo tenían los departamentos de I+D+i de las grandes multinacionales, y por un precio muy asequible» indica. «Por ahí una pequeña empresa puede empezar a competir, ya puede diseñar, puede tener producto propio y probar. Antes era inviable por precio, y ahora es accesible».

Conocimiento en la red

Los talleres y charlas que acercaron la tecnología de impresión 3D a Uni Encounter no son los únicos. El propio Iván Blasco estuvo ofreciendo una charla recientemente en Armeria Eskola. El interés desde el terreno de la formación es alto. «El conocimiento está en la red, no hace falta generar material. El profesorado sólo tiene que recopilar lo que le interesa para su especialidad» señala. «Como es tecnología 'open source' (código abierto) de una tacada enseñas mecánica, electrónica, programación, diseño, fabricación más lo que quieras enseñar».

Una impresora 3D permite imprimir cualquier objeto que se diseñe en cualquier programa. Un formato estándar libre y gratuito con la extensión '.stl' permite la materialización de cualquier idea. Además, la popularización de esta tecnología ha hecho que vayan surgiendo nuevos materiales. Hasta hace unos años se utilizaban los plásticos PLA y ABS. «Pero como se ha puesto de moda ahora empieza a ser rentable fabricar materiales para este tipo de tecnología, y tenemos materiales flexibles, conductores, que cambian de color con la temperatura, distintos grados de dureza...». Todo ello está abriendo un mundo de posibilidades a una tecnología que no para de crecer gracias a la aportación de todos los que la utilizan.