Quebec y el separatismo

Es un misterio para los observadores políticos por qué el nacionalismo francófono en Quebec (Canadá) convocó elecciones adelantadas para volver al debate separatista. La primera ministra Pauline Maurois no pudo o no quiso resistir la presión del ala soberanista y lo hizo. Hoy se renueva el parlamento regional y en la campaña la secesión se ha dejado invitar de nuevo. Los sondeos dan al Partido Liberal, en la oposición, una holgada ventaja y un tercer puesto al partido Avenir Quebec y lo previsto es que los liberales podrán formar el nuevo ejecutivo. Y esto entre el extendido reconocimiento de que el público recibió sin entusiasmo la posibilidad de que la jornada indujese, en realidad, un debate sobre otro referéndum soberanista. Más allá de que ya hubo dos consultas, perdidas ambas, lo notable es que ha ganado mucho terreno la sensata convicción social de que Quebec tiene más que ganar como parte integrante de Canadá que por su cuenta y riesgo frente a la difícil coyuntura económica internacional y en términos de seguridad política y material. Por tanto, una eventual derrota del PQ erosionaría mucho la pulsión separatista.