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María Clé y Patricia Blázquez, con el premio de EL CORREO./ RAFA GUTIÉRREZ
«En Cibeles hemos demostrado que desde Vitoria se pueden hacer cosas»
ALAVESAS DE FEBRERO

«En Cibeles hemos demostrado que desde Vitoria se pueden hacer cosas»

María Clé y Patricia Blázquez, alavesas de febrero de EL CORREO, defienden el papel identitario del pequeño comercio

DAVID GONZÁLEZ

Sábado, 15 de marzo 2014, 02:03

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María y Patricia. Patricia y María. Tándem perfecto en el arte del corte y confección son las alavesas de febrero de EL CORREO. Triunfadoras en EGO, plataforma para talentos emergentes de la Semana de la Moda de Madrid (antigua Pasarela Cibeles), saborean este galardón, reflexionan sobre el pequeño comercio y el momento actual de Vitoria.

-No todos los días la nombran a una alavesa del mes. Expláyense.

-Patricia Blázquez: Es un lujo. Y más siendo una vitoriana de Madrid (lleva ocho años en la capital vasca) sienta de maravilla.

-María Clé: Y, sobre todo, porque ha sido un proyecto difícil. El reconocimiento de un periódico de este calibre es de agradecer. También agradecemos el apoyo de la gente incondicional que está ahí y nunca se le ve. Amigos, familia... A la Diputación por arriesgarse a apoyar un proyecto distinto, en el que ha intervenido mucha gente. La mayoría de aquí. Ir a Cibeles es mérito de mucha gente. Porque si gestar un proyecto así en seis meses es díficil, en los dos meses que se hizo resulta casi imposible.

-Acumularon muchos halagos por su desfile. ¿Ir a la Semana de la Moda es como que el Baskonia se cuele en una Final Four?

-M. C.: Para mí, sí. Interpretar elementos que forman parte de nuestra cultura y mostrarlos en Cibeles, por lo menos, habitual no es.

-P. B.: Tanto para la provincia, como para la gente que ha trabajado en la colección es un reconocimiento. Una forma de decir que puedes llegar a ciertos niveles desde aquí.

-M. C.: Era gracioso. Preparábamos la colección desde la calle Correría. De repente, Mar (Cadarso, creadora de los bolsos) tenía una duda y bajabas a su taller en la Herrería. O si necesitabas una muestra de tela, te ibas a Junguitu.

-¿Sienten que representan a un pequeño comercio alavés que tiene muchísimo que ofrecer?

-P. B.: Una parte de este proyecto era mostrar lo que hay en la ciudad. Comercios buenos y profesionales desde 'lo pequeño'.

-M.C.: Y que la diferencia de precio al final no es tanta.

-P. B.: Tienes algo tuyo, personal, que te dura mucho tiempo. Queremos decir que estamos aquí, que somos muchos en la ciudad y que hay cosas muy buenas.

-¿Qué supondría volver a EGO?

-M.C.: (Sonríe) Estamos ya maquinándolo.

-P.B.: Siempre se dice que la primera es como un 'hey, estoy aquí'. La segunda sería como demostrar que podemos asentarnos.

-M.C.: Ahora tenemos más margen de tiempo (sería en septiembre). Ya desfilamos en la primera edición de EGO y siempre quieres un poco más. Madrid es la oportunidad de decir que desde Vitoria, con nuestra gente, somos capaces de hacer esto. Estoy deseando volver.

-Maite Albéniz, otra diseñadora local en alza, se marchó a Barcelona para intentar triunfar. Dice que desde aquí, imposible.

-M.C.: Estoy de acuerdo. Pero como desde cualquier sitio que no sea Barcelona ni Madrid. Esto tampoco significa que ambas ciudades sean fáciles. Vitoria es ideal para apostar por nuestra vida personal. Probablemente sea más complicado para lo profesional, pero hay que moverse. Pero igual que en Madrid o Barcelona.

-P. B.: Y allí incluso tal vez más porque hay más gente. Mira, en Madrid para hacer una simple fotocopia necesitas una hora.

-M.C.: Abrir tu propio taller no es fácil. Y más mantenerlo.

-O sea, que notan la crisis.

-M.C.: Mucho. Nadie puede decir lo contrario. Apostamos por cosas que normalmente no se encuentra en otros comercios. Y claro que es difícil. Como también es gratificante crear un espacio, que consideras único, que no haces nada excepcional pero sí queremos ser distintas. Mucha gente va a comprar a Bilbao o San Sebastián. Y si no apoyamos entre todos, con el tiempo este comercio desaparece.

-¿Ven a Vitoria preocupada?

-P. B.: Sin duda. 2012 y 2013 han sido muy duros para todos. Pero se trata de seguir con tus valores, de apostar por ellos y de intentar mantenerse. Si no, al final nos volveremos una ciudad...

-M. C.: Sin personalidad.

«Herida» al monumento

-¿Cómo se les queda el cuerpo cuando empresas como Cegasa están a punto de echar el cierre?

-M. C.: Es dramático. No olvidemos que es una rueda que afecta a toda la ciudad.

-P. B.: Somos muy de recomendar tiendas, restaurantes... A veces, descubres que esos sitios han cerrado porque la gente no consume.

-M.C.: La gente se está quedando sin trabajo. Otros se sienten inseguros por poder perderlo, porque sus hijos están en paro... Vivimos con la angustia de qué pasará mañana.

-¿Qué sienten cuando pasan al lado del monumento a la Batalla de Vitoria, ahora morado?

-M. C.: Es como una herida. Me parece una falta de respeto.

-P. B.: Leí los supuestos motivos (luchar por los derechos de la mujer) y una agresión nunca se justifica con otra agresión.

-M.C.: Perdieron toda la credibilidad. Hay ochenta maneras mejores para reivindicar el derecho de las mujeres.

-Tengo un amigo italiano que viene estos días de visita. ¿Qué le recomiendan que visite?

-P. B.: El anillo verde.

-M.C.: Que luego se pasee por el Casco Viejo y vaya de pinchitos. Un café en el Aldapa al sol.

-P. B.: ¡Un jamaicano! Que vaya a una obra de teatro, a Zuloa... Cena en cualquiera de los maravillosos restaurantes que tenemos y luego, a un concierto.

-M. C.: ¡Y que haga alguna comprita!

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