El Ayuntamiento asegura que en verano se iniciará la construcción de la variante

El alcalde de Ermua, Carlos Totorika, destaca la importancia de la variante para el futuro de la localidad y ante la reticencia de la población ermuarra a creerse el anuncio del inicio del proyecto, garantiza que «después del verano veremos comenzar las obras». «Existe dotación presupuestaria y eso hace creíble que se ejecute. Estamos viviendo la crisis más importante de los últimos 50 años y no me extraña que tengamos dudas, pero cuando las instituciones toman un acuerdo presupuestario lo normal es que se lleve adelante».

Con esto el alcalde se refería a que la construcción de esta carretera forma parte de los acuerdos por los cuales los socialistas posibilitaron la aprobación de los presupuestos de la Diputación vizcaína, gobernada por el PNV, para el presente año.

De hecho, el consejo de administración de la empresa foral Interbiak, encargada de la gestión de las carreteras vizcaínas, aprobó el pasado lunes las licitaciones para construir la variante. El plazo para que las empresas participen en la licitación de la primera fase concluirá el 11 de abril.

La previsión es que las obras de la primera fase concluyan en 2017. Tendrán un presupuesto de 89,35 millones de euros. Lo ha hecho público esta misma semana la diputada foral de Obras Públicas y Transportes de Bizkaia, Itziar Garamendi.

Esta primera fase ocupa dos tramos. Por un lado se construye un nuevo vial paralelo a la autopista desde la rotonda de San Lorenzo (Ermua-Eibar) hasta el nuevo peaje de la autopista que se construirá en terrenos de Eizaga (en 26 meses). Posteriormente se incluye un túnel (con dos tubos, uno en cada sentido, con una longitud de 589 metros cada uno), que pasa bajo el monte Ureta y llega a la carretera de Areitio, donde se baja hasta Zearreko buelta y desde allí se llega a un viaducto que pasa sobre la carretera de Mallabia y a través de una rotonda baja a otra rotonda que se creará en TVA. Este último vial requerirá 32 meses.

En total esta fase del proyecto obliga a mover un millón de metros cúbicos de tierra, la ejecución de un túnel y 11 estructuras principales, entre ellas seis viaductos y un paso inferior para el ferrocarril.

Segundo tramo

El segundo tramo, que no sale a licitación en la actualidad, se acometerá seguidamente a concluir el primer tramo. Contará con un dotación económicamente inferior. Serán alrededor de los 40 millones de euros. «Esta fase está también incluida en el acuerdo al que se ha llegado con el Partido Socialista», aclara el alcalde. Pasa por debajo de Mallamendi (antiguo campo de la APFE de Betiondo) y sale a una rotonda junto al cementerio.

El alcalde estima que la variante «será una mejora importante para todos los vecinos de la Avenida de Gipuzkoa y Avenida de Bizkaia, pero también para el resto de Ermua. No es sólo una carretera. Causa efectos de mejora en la calidad de vida para todos los vecinos, se puede peatonalizar más el centro, crear carriles bici, que seamos más atractivos para las empresas que no tienen tiempo para perder en atascos. Ermua va a ser notablemente distinta con la variante hecha», concluía Totorika.

Según previsiones del Gobierno vasco, el tráfico por la nueva carretera será de entre 9.000 y 12.000 vehículos al día, que dejarán de atravesar la N-634 en Ermua.