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EL CORREO
Sábado, 25 de enero 2014, 03:45
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La versión de Alfonso Basterra, en prisión provisional junto a su expareja por la muerte de su hija Asunta, hace aguas. Siempre ha mantenido que el día en el que murió la niña, el 21 de septiembre, había pasado toda la tarde solo en su casa. Sin embargo, dos testigos aseguraron ayer ante el juez que lleva el caso, José Antonio Vázquez Taín, que «sin ningún género de dudas» vieron al periodista de origen bilbaíno en compañía de su hija en la vía pública. En concreto, en la confluencia entre las calles República Argentina y Xeneral Pardiñas de Santiago de Compostela, alrededor de las 18.00 horas.
La revelación fue hecha tras la vista por el abogado Alberto Martín, que representa al hombre cuyo semen fue localizado en la ropa de Asunta -alega que la prenda se contaminó en un laboratorio policial-. Según dijo a la salida del juzgado, uno de los testigos que desmienten la versión del padre es una menor que había ido a clase con la niña asesinada. «Han especificado con absoluta claridad que vieron esa tarde a Alfonso Basterra y a Asunta», reiteró el abogado.
La vista de ayer deparó otra novedad más de forma que de fondo. La expareja de Basterra y madre adoptiva de la víctima, Rosario Porto, se vistió la toga y estuvo presente como coabogada junto a su letrado, José Luis Gutiérrez. La mujer había pedido participar en el proceso en tal condición, extremo al que se opusieron la acusación, la Fiscalía y la defensa del tercer imputado. Sin embargo, el juez accedió a la petición por «un criterio garantista», pese a considerar que de no haberla atendido no se hubiese producido «ninguna indefensión» de la imputada. La otra consecuencia de que Porto haya asumido esa posición en el proceso es que ha tenido que suspenderse el examen psiquiátrico al que iba a ser sometida.
Un día sola en casa
Ayer mismo se cerró otro frente judicial en el mismo caso. La sección sexta de la Audiencia de A Coruña notificó el auto en el que desestima el último recurso de apelación interpuesto por Rosario Porto contra la decisión del juez Taín de mantenerla en prisión preventiva. Es más, los magistrados señalan que en este momento se dispone de más indicios que apuntan hacia la mujer como autora del asesinato de Asunta, ya que el informe de la autopsia sitúa la muerte de la niña entre las 16.00 y las 20.00 horas, por lo que la madre «o participó en el proceso o bien tenía que haberse percatado de su estado» (se encontraba sedada) ya que comió con ella y la dejó sobre las siete de la tarde. Además, La Audiencia incide en el «riesgo de fuga».
Por otra parte, cada vez hay más indicios que apuntan a que la relación de la niña con sus padres no era buena. El día anterior a su muerte Asunta lo pasó prácticamente sola. Su madre le había pedido a su exmarido si se podía quedar con ella. Basterra le explicó, según el relato del periodista bilbaíno en su primera y única declaración ante el juez, que tenía que viajar a Vigo y llegaría tarde. Ese día Porto lo pasó con su amante. El padre, que ya había quedado, no renunció a sus planes y recogió a la niña en torno a las 23.00 horas. Este hecho reafirma la teoría de los investigadores, que consideran que la pequeña no formaba parte de los planes de sus padres, que llevaban una vida independiente. Otro factor que llama la atención en la investigación son las continuas visitas que Porto realiza a la finca de Teo, próxima a la pista forestal en la que se encontró el cuerpo de la pequeña. Se trata de una propiedad que ya no interesaba a la abogada y que mantenía en venta.
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