Las mujeres arrollan en la pasarela
Giselle Bündchen, la mejor pagada, supera al primer hombre, O'Pry, en 30 millones
F. MIÑANA
Lunes, 14 de octubre 2013, 03:06
No debe haber muchas profesiones en el mundo en las que la balanza se incline hacia este lado. En cuestión de moda, no hay color: las mujeres ganan más, mucho más, que los hombres. La diferencia es notoria. Basta con echar un vistazo a los honorarios de los mejor pagados en la pasarela. Gisele Bündchen lidera el ranking femenino con 42 millones de dólares (unos 31 millones de euros), a años luz del millón y medio de dólares (1,1 millones de euros) que ingresó el estadounidense Sean O'Pry entre septiembre de 2012 y el mismo mes de 2013, según la revista 'Forbes'.
La distancia entre ambos sexos, en realidad, es mayor aún. Según PayScale.com las mujeres ganan un 148 por ciento más que los hombres. Los 10 hombres mejor remunerados se embolsan cada año, en total, ocho millones de dólares, mientras que si se juntan los salarios de las diez primeras mujeres, la suma alcanza los 83 millones de dólares. Un mundo.
La lista masculina aparece encabezada este año por Sean O'Pry, un adonis estadounidense de origen irlandés que se ganó ante los flashes millón y medio de dólares. A sus 24 años, las mejores marcas se han rendido a su encanto y eso le ha permitido desbancar a un clásico de las grandes campañas de publicidad, su compatriota David Gandy, un veterano de 33 años que este último año se llevó 1,4 millones de dólares. Un tercer modelo, el canadiense Simon Nessman (1,1), también superó el millón de dólares.
El top-5 lo completan el ruso Arthur Kulkov (905.000 dólares) y el estadounidense Noah Mills (740.000). Entre los diez modelos mejor pagados del mundo aparece un español. Jon Kortajarena ocupa el noveno lugar después de ingresar 290.000 dólares (unos 214.000 euros).
O'Pry, que ya poco tiene que ver con aquel jovencito descubierto en MySpace a los 17 años, que llegó a Nueva York con una pequeña maleta y se convirtió en una estrella el primer día, sabe dónde pisa y asume la supremacía femenina. Pero en clave de humor encuentra un consuelo: «La mejor parte de ser modelo masculino es no tener que usar tacones altos...».