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Todos los clientes preguntaban ayer a las estanqueras por el último robo./ LUIS CALABOR
Roban 20.000 euros en tabaco de un estanco de Getxo por tercera vez en un mes
LAS ESTANQUERAS, IMPOTENTES

Roban 20.000 euros en tabaco de un estanco de Getxo por tercera vez en un mes

«Hay ladrones porque tienen un comprador», advierten las hermanas que regentan el negocio, ubicado en el centro de Las Arenas

AINHOA DE LAS HERAS

Jueves, 5 de septiembre 2013, 17:21

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«En 20 años jamás nos habían robado y en los últimos 20 días llevamos ya tres asaltos». Belén y Merche, dos hermanas de Getxo que han heredado el estanco de su madre, ubicado en el número 2 de la calle Ubidea de Las Arenas (Getxo), en plena plaza del ajedrez, han perdido la cuenta del número de cajetillas que les han sustraído los cacos desde el pasado agosto. En la madrugada de ayer, sobre las dos, les visitaron por tercera vez en menos de un mes y se apoderaron de diez cajones con 500 cartones cada uno, de tabaco negro y rubio, valorados en más de 21.000 euros. «Nos tienen vigilados, sabían que ese día había llegado el camión con un buen cargamento», apuntan.

«Si roban el género es porque lo tienen vendido, hay ladrones porque alguien se lo compra y no se llevan los puros, que son más caros, porque no tienen comprador», argumentan. En los dos robos anteriores, registrados sobre las cinco de la madrugada de los pasados 9 y 12 de agosto, se llevaron una cantidad aún mayor de tabaco. «La primera vez, si traen un camión y tienen tiempo, lo llenan, pero dejaron cajas y por eso volvieron al de dos días».

Las estanqueras se sienten «impotentes» ante la «impunidad» con la que actúan estos ladrones. «Tardan dos minutos y la Ertzaintza siempre llega un minuto después de que se hayan ido», protestan.

Esta última vez, los asaltantes eran tres jóvenes «vestidos de negro de arriba abajo, puede ser tu hermano que no le conoces». Ocultaban sus rostros con pasamontañas y llevaban puestos los chotos; además usaban guantes para no dejar huellas y una linterna. Llegaron en un coche robado, un 'Seat León', que dejaron «en mitad de la carretera», con el motor encendido y uno de ellos al volante para emprender la huida con rapidez.

Los otros dos delincuentes se apearon del vehículo y forzaron la persiana con un gato hidráulico. «La dejaron como un acordeón» Después, con la ayuda de una maza reventaron la cristalera blindada, que tiene doce milímetros de grosor. El seguro les obliga a colocar cámaras de seguridad y hasta unos sensores que detectan el movimiento. La alarma saltó. Después de los primeros robos, las estanqueras dejan en la tienda un montón de obstáculos, pero tampoco eso les frena. «Antes de cerrar nos entretenemos durante una hora, cerramos puertas, ponemos objetos pesados detrás, pero los tiran y pasan».

Fotos en plena faena

Como el vehículo era robado, los cacos sacaron las propiedades del dueño, unas aletas y otros artículos de submarinismo, y las dejaron en la calle. Con la puerta del maletero abierta, y como ya conocían el camino hasta la trastienda, tardaron pocos segundos en sacar las cajas, que se lanzaban unos a otros, y meterlas al coche. «No se molestaron ni en mirar la caja registradora, sólo querían el tabaco».

Los mazazos en la puerta despertaron a los vecinos, varios de los cuales llamaron al 112 alertando del robo. Los vigilantes de seguridad de las carpas del festival de folk escucharon el alboroto y pensaron que se trataba de un grupo de vándalos. Al comprobar que se trataba de delincuentes, avisaron a la Policía mientras les fotografiaban en plena faena, y después entregaron las imágenes a la Ertzaintza.

Después de los dos primeros robos, una de las hermanas se pasaba por el negocio a las cinco menos cuarto de la mañana. «¿Qué haces, pones dos 'pit-bull'?», lamenta. Para este pequeño estanco, los robos suponen una auténtica «faena». «Te descapitalizan el negocio, pagamos a los nueve o diez días y tenemos que doblar el pedido. El seguro todavía no nos ha devuelto nada de los robos de agosto».

Ahora «intentaremos blindar el estanco, poner puertas enrejadas» y nuevas medidas de seguridad. Les ha ocurrido además en «el peor mes, cuando todo el mundo estaba de vacaciones». Belén y Merche se sentían a salvo hasta ahora. Se habían librado de las oleadas de asaltos a estancos protagonizadas por los hermanos Santacoloma y pensaban que la razón residía en su ubicación «en el centro de Las Arenas». «Se te queda una cara de tonta... Te dan ganas de quedarte en la cama, total para que lo ganen ellos». La Policía sospecha que antes estuvieron implicados en un robo en una empresa de Ortuella. El 'Seat León' empleado en el asalto apareció en la calle Travesía de Arbolantxa de Otxarkoaga.

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