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El músico jarrero posa con su instrumento ante la imagen erigida frente al antiguo Banco de España y el Teatro Bretón. /R. Solano
«Nos obligan a irnos de nuestro país»
se busca las lentejas al otro lado del charco

«Nos obligan a irnos de nuestro país»

Rubén Rivera Visa Profesor de música y trompa en el proyecto Esperanza Azteca Sin alternativas de futuro a consecuencia de la crisis, el joven jarrero se embarca en un proyecto de formación musical concebido para México

ROBERTO RIVERA , HARO

Domingo, 4 de agosto 2013, 05:13

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Pura evidencia. «En Cantabria, La Rioja, Aragón y La Mancha no hay orquesta profesional. Castilla y León tiene una. Y todas ellas cubren la mitad de la superficie del país». Es un dato que refleja «la demanda real y poca tradición respecto a la música sinfónica en España». Consecuencia. Rubén Rivera, músico jarrero se busca las lentejas al otro lado del charco. «No queda otro remedio».

-Madrid. Primera estación. Allá en 2o11. Paso imprescindible para proyectarse y darse cuenta de lo que se cuece a día de hoy.

-Allí es donde, aparentemente, hay más oferta y demanda musical. Durante estos dos últimos años he tenido la oportunidad de tocar con diferentes orquestas como la Metropolitana de Madrid, la Sinfónica de Chamartín, la Ciudad de Tres Cantos y la Zarzuela del Teatro Nuevo Alcalá, habitualmente en el Auditorio Nacional. Era la mejor opción.

-Compatibilizando esa trayectoria con su presencia en la Banda.

-Sí. Lo he seguido haciendo durante todos estos años porque para mí es un orgullo, aunque haya sido necesario realizar muchos kilómetros.

-Giro en redondo. Aparca ese recorrido y se lía la manta a la cabeza. ¿Por qué?

-Porque España lleva años pasando por una situación muy delicada y, seis años después, aún no vemos claras mejorías. El arte y la cultura están siendo claros perjudicados y nosotros con ellos. En una sociedad materialista se gasta dinero a cambio de un bien material, palpable y no perecedero. Y el problema de la música, como el de otras artes, es que quien acude a un concierto y paga su entrada está comprando sensaciones, algo momentáneo que se diluye con el tiempo. Cuando vuelve a su casa no le queda nada más que el recuerdo de algo vivido. Además. Hay mucha gente que no llega a fin de mes y, no pudiendo pagar necesidades básicas, no va a estar pensando en ir a escuchar a Mozart.

-Busca, como muchos otros jóvenes, una salida en el exterior.

-Es una opción. En abril, un compañero clarinetista que se encuentra en una situación parecida a la de la mayoría nos comentó que había contactado con un proyecto mexicano y que le habían ofrecido trabajar con ellos. Se puso en contacto por las redes sociales con nosotros y decidimos desarrollar ese proyecto con nuestros curriculum y vídeos musicales. Fui uno de los doce profesores seleccionados para el nuevo proyecto que nacía en la Paz, en el Estado de Baja California Sur, que es mi destino.

-A miles de kilómetros de aquí. Y en el programa Esperanza Azteca. ¿En qué consiste?

-Es una iniciativa que nace en México tras el éxito logrado en Venezuela con el Sistema Nacional de Orquesta. Con el mismo objetivo: dar a sus jóvenes una formación musical entendiendo que ésta, además de dar la capacidad de hacer música, implica otros valores importantes como la constancia, la perseverancia, la ambición, el compañerismo, la sensibilidad, un camino por el que expresarse y darse a conocer. Consideran de vital interés estos valores para sus ciudadanos.

-Luego será respaldado por las propias instituciones mejicanas.

-Desde los Estados Mexicanos hasta la televisión nacional AztecaTv y diferentes fundaciones y particulares que respaldan el proyecto. Sesenta ciudades cuentan ya con este proyecto y ahora comenzará también en la Paz, con un grupo de profesores, todos españoles, que llevamos formación e ilusión al país que nos recibe.

-Y que mantienen la esperanza de un próximo regreso...

-¿Quién sabe? La crisis no se va a solucionar hasta que se empiece a confiar, primero localmente, en la gente del pueblo por parte de los ayuntamientos, en cualquier ámbito. Después a nivel provincial y luego nacional. Tenemos un producto de calidad, gente de gran preparación que no se puede desarrollar en su casa. Hay que defender el producto local. Es deber y obligación de todos para que los unos nos apoyemos a los otros. Hay que esperar. Hoy por hoy nos llaman de México y nos obligan a marcharnos de nuestro país.

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