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El pequeño Guzmán ya se ha perdido dos años de infancia con la quimioterapia. :: E. C.
Una transfusión de esperanza para Guzmán
dos años con quimioterapia

Una transfusión de esperanza para Guzmán

El caso de un niño de Laukariz que requiere un trasplante para superar la leucemia genera una ola de solidaridad para fomentar las donaciones de médula ósea

EVA MOLANO

Domingo, 21 de julio 2013, 18:14

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Guzmán es un pequeño de 11 años de preciosos ojos verdes. Le encanta estudiar, es curioso, tranquilo y juguetón. Sus pasiones son el baseball y los videojuegos, pero también la historia. Conoce al dedillo los nombres de todos los barcos de las flotas que lucharon en la batalla de Trafalgar, en Cádiz, y un sinfín de capítulos del pasado del mundo. Él también libra otra guerra no menos épica, la del cáncer. Vive en Laukariz, junto a su hermana pequeña y sus aitas. Tiene leucemia y necesita un trasplante de médula ósea. Una transfusión de vida, de sangre del tejido medular que se encuentra en el interior de los huesos, rica en células madre, que lucharán contra las células enfermas.

Guzmán fue diagnosticado en octubre de 2007 y se sometió a un brutal tratamiento de quimioterapia que le arrebató la infancia durante dos años. A finales de 2009, se recuperó y retomó sus clases, sus juegos... Pero recayó. En mayo, los médicos confirmaron que debía volver a la quimio y que requería de un trasplante. Como en el 75% de los casos, sus familiares no son afines. Pero hay esperanza. Sus datos son cotejados por la Red Española de Donantes de Médula Ósea (REDMO), creada en 1991, con los códigos genéticos de los 20 millones de donantes que existen en el mundo. Pero se calcula que entre un 30 y 40% de los enfermos no dispondrán de una médula afín, por lo que la búsqueda sigue.

«Las probabilidades son de una por cada 40.000 donantes, y sólo aumentan en la medida en que haya más personas dispuestas a salvar otras vidas. A más donantes, más esperanza», explican los padres de Guzmán, José Luis Sádaba y Mayra Beitia. En España, el número de donantes roza los 107.000, una cifra modesta que sitúa al país muy por detrás de Alemania o Estados Unidos, naciones que 'exportan' sangre medular a la mayor parte de solicitantes españoles incompatibles con sus familiares. Por ejemplo, Marta, una niña de Elche de 14 años, acaba de encontrar dos posibles donantes en China.

Por eso, los amigos de la familia han impulsado una campaña para promocionar la donación, para Guzmán y para otros niños que buscan esperanza en todo el mundo, que ha desbordado los centros de coordinación de trasplantes. El grupo de Facebook denominado 'Donamos y/o pedimos donar médula ósea' ha sumado más de 9.300 miembros en apenas diez días. El blog recibe visitas desde toda Europa y Latinoamérica. «Nuestro grito desesperado ha llegado a todos, y muchos han venido a donar su médula para salvar a Guzmán y a todos los 'guzmanes'. Se han producido atascos y cuellos de botella», se enorgullecen sus progenitores.

Abogado él, artista ella, creen que no se han realizado las suficientes campañas de divulgación de donación de médula, de donación de esperanza. «En EU UU, los universitarios reciben una carta explicativa junto con la matrícula. Aquí, mucha gente sigue confundiendo la médula ósea con la espinal, desconocen que la donación es una punción en un hueso de la cadera o una transfusión sanguínea, un proceso que sólo genera molestias leves, pero que permite salvar una vida en vida, la de Guzmán y otros pequeños como él», alienta Sádaba, que enfatiza que las donaciones no se realizan para una persona en concreto, sino para el paciente más compatible, resida donde resida. «Quizás tu médula no sea para mi hijo, pero tal vez salve a un pequeño mexicano o a un niño francés», ilustra.

Compromiso a largo plazo

Para donar, hay que llamar al centro de coordinación de trasplantes provincial o ponerse en contacto con la Fundación Josep Carreras. A los interesados se les toma una muestra de sangre con la que se realiza un tipaje HLA. Después deben firmar un consentimiento y sus datos pasan al registro genético de España y del mundo. Si fuese compatible con cualquier enfermo, le contactarían. Por ello, el compromiso debe ser a largo plazo. Desdecirse puede resultar fatal.

Precisamente por lo dificultoso de hallar un donante compatible, los padres de Guzmán echan en falta más ayuda institucional para paliar el déficit de información y de medios necesarios para recoger todas las unidades donadas de cordón umbilical. Piden también agilizar el proceso de gestión de autorizaciones para donar y la dación de citas para la tipificación HLA, y sofisticarlas con el método 'swab' -un rápido muestreo en la mejilla con un bastoncillo que sustituye a la extracción de sangre-. También solicitan un compromiso de divulgación entre los vecinos y en las facultades universitarias al Ayuntamiento de Bilbao. «Ya es bastante difícil lograr donantes, y si no se facilita y agiliza el proceso, éstos se desmotivan», concluye Mayra, tras añadir que «la médula que necesita mi hijo puede ser la de cualquiera de ellos».

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