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El mercado interno mantiene el motor de la economía china encendido./Efe
China levanta el pie del acelerador y desata la preocupación en el mundo
el Gran Dragón da muestras de agotamiento

China levanta el pie del acelerador y desata la preocupación en el mundo

Creció un 7,5% en el segundo trimestre, dos décimas menos que en el primero, un dato que en el gigante asiático sabe a poco. Todo apunta a que es solo el principio de un suave aterrizaje

ZIGOR ALDAMA

Miércoles, 17 de julio 2013, 09:38

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La esperanza de la economía mundial está puesta en China, pero el Gran Dragón da muestras de agotamiento. Creció un 7,5% en el segundo trimestre, un dato que para sí querría la mayoría de las economías pero que en el gigante asiático sabe a poco. De hecho, son dos décimas menos que en el primer trimestre, y todo apunta a que es solo el principio de un suave aterrizaje. Porque el resto de indicadores no apunta, precisamente, a un acelerón inminente: las exportaciones cayeron en junio (la primera vez en 17 meses) un 3,1%, y las importaciones un 0,7% -se esperaba que aumentasen un 8%-; la producción industrial bajó dos décimas comparada con los tres primeros meses del año, y la inversión en activos fijos ha seguido la misma senda con una contracción del 0,8%, según los datos ofrecidos ayer por el Gobierno.

Lo único positivo llegó de la mano del mercado interno, que es lo que mantiene el motor encendido. Las ventas al por menor crecieron un 12,7% y demostraron que los incentivo al consumo funcionan. No obstante, el país no tiene todavía la fuerza suficiente como para tirar de sí mismo sin colaboración externa, razón por la que, por primera vez, muchos consideran que no se cumplirá el objetivo de crecimiento para 2013 fijado por el primer ministro, Li Keqiang, en un 7,5%. Y eso que se trata del porcentaje más bajo de los últimos 23 años.

Aunque durante el primer semestre la economía se expandió un 7,6% frente al año anterior, el propio ministro de Finanzas, Lou Jiwei, ya aseguró en Washington que Pekín está preparado para afrontar «sin problemas» un ritmo de entre el 6,5% y el 7%. Otros, sin embargo, consideran que eso supondría una debacle para la segunda potencia mundial, que tendría problemas para crear empleo y mantener tanto la legitimidad que le ha dado al Partido Comunista el auge económico como la estabilidad social entre una población cada vez más crítica con sus dirigentes. No en vano, China está ya inmersa en el período más largo de un crecimiento por debajo de la cifra mágica del 8% en dos décadas.

Fantasmas

Además, la deflación en el sector manufacturero, que contrasta con la inflación del 2,7% registrada en junio, indica que existe sobrecapacidad productiva en China, que pierde atractivo como base productiva debido al aumento de la mano de obra. Otro de los fantasmas que acechan a su economía es el de la burbuja inmobiliaria. Y, aunque los bancos estatales parecen saneados y han introducido multitud de restricciones a la concesión de créditos, una explosión en el sector dañaría gravemente a la 'banca en la sombra', que mueve en torno al 30% del capital que circula en el gigante asiático.

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