«Fue una comunión perfecta»

El gol de Diego Jiménez escasos momentos antes de que el árbitro señalara el primer partido concedió al Eibar el derecho a disputar la segunda eliminatoria del play-off que le enfrentará al Oviedo. Sin ese derechazo raso que Unai Alba no pudo atajar los jugadores armeros estarían ya haciendo sus maletas para disfrutar de unas largas vacaciones. Sin embargo, todos en el club coinciden en manifestar que sin el apoyo de los más de 3.600 espectadores que acudieron a Ipurua habría sido prácticamente imposible que ese tanto hubiera subido al marcador. Su aliento y su fe ciega en un equipo que este año se ha crecido ante las adversidades empujaron para que el balón se colara en el fondo de la portería.

Gaizka Garitano definió lo vivido en Ipurua a la perfección. Para él fue «una comunión perfecta» entre el equipo y una afición entregada. «Nos empujaron muchos, especialmente en los últimos minutos, y nos dieron la fuerza que necesitábamos para seguir peleando». Al igual que el técnico, que aseguró que «en ningún momento me he visto fuera», destacó que también los seguidores «creyeron que era posible» y resultó «una comunión perfecta» que tuvo el final que el Eibar merecía.

Tiene claro que sin una grada volcada no se alcanza el objetivo. «Estuve en Vitoria y el campo estaba lleno. En San Mamés había una entrada impresionante para ver al Bilbao Athletic. Es evidente que estas cosas se consiguen entre todos».

«Sin ellos, caemos»

Así lo ve también Fran Garagarza, que atribuye gran parte del mérito de la clasificación a las miles de gargantas que quedaron afónicas empujando a los suyos. «Si el público no está como estuvo nos eliminan seguro. 3.654 personas en la primera eliminatoria empujando y apoyando como lo hicieron en momentos complicados, ponen la piel de gallina. Si no están ellos caemos», afirmó de forma tajante. El público no mete goles, pero a su juicio, es imprescindible para conseguirlos. «Si ascendemos es porque habremos hecho bien las cosas, pero está claro que necesitamos de la afición para conseguir el objetivo que nos hemos marcado».

En el club armero no disimulan su orgullo por la ilusión que se ha generado entre los seguidores eibarreses. «Tuvimos la mejor cifra de asistencia que hemos tenido en una primera eliminatoria y hay que considerar que fue un éxito», subrayó el presidente, Alex Aranzabal, que no duda en resaltar que «esa fuerza fue la que nos condujo a la siguiente ronda».

Son conscientes de que por número es imposible competir con la ingente masa social que mueve el Oviedo, que el domingo pretende llenar las más de 30.000 localidades que tiene el Carlos Tartiere. No asusta. El Eibar se las ha visto en peores esta misma temporada y no solo no se arrugó sino que eliminó al Athletic en su último partido copero en San Mamés y llegó a sacar pecho en La Rosaleda, donde cayó con la cabeza alta. Los azulgranas se agarran al espíritu de la Copa para hacer frente al miedo escénico que quieren imponer desde la capital ovetense. «Debemos rememorar lo vivido en los partidos de Copa para saber que nos desenvolvemos bien ese tipo de ambiente y de vivencias. Ahí tenemos algo ganado», indica el secretario técnico.

Y luego quedará la vuelta en Ipurua, donde quedará muy poco espacio para la marea azulona. Los dirigentes del Eibar están barajando diferentes opciones para fomentar la asistencia y están convencidos de que los aficionados armeros volverán a responder con toda su fuerza.

La ida y la vuelta por ETB

Euskal Telebista emitirá, finalmente, ambos partidos frente al Oviedo. Este domingo, a partir de las 18.30 horas desde el Carlos Tartiere. Y la vuelta, según se pudo connocer ayer mismo, no será el siguiente domingo sino el sábado día 15 de junio, en Ipurua, a partir de las 19.30 horas. Y también con las cámaras de ETB en directo.