El atracador del Ensanche dice que robaba para jugar a las tragaperras

Los comerciantes de la zona del Ensanche bilbaíno respiran más tranquilos. La Policía Municipal de Bilbao ha detenido al verdadero atracador que estaba atemorizándoles en los últimos quince días y un juez le ha enviado a prisión. Se le imputan al menos seis atracos en farmacias, un estanco y dos tiendas infantiles, según informó ayer el Ayuntamiento de Bilbao. El individuo, un hombre de 49 años domiciliado en Barakaldo, aprovechaba su hora de descanso en el trabajo para cometer los golpes. Cuidaba a un anciano impedido: le ayudaba a asearse, vestirse, le hacía los recados e incluso dormía en su casa, ubicada en la zona.

En todos seguía un mismo 'modus operandi' en un entorno cerrado: las calles Rodríguez Arias y Máximo Aguirre, la plaza San José y las inmediaciones. Sobre las tres de la tarde entraba en los negocios, regentados por mujeres, cubierto con una gorra de estilo béisbol y unas gafas oscuras, y esgrimiendo un cuchillo de cocina de grandes dimensiones. El ladrón se colaba detrás del mostrador y se apoderaba de la recaudación. Los policías calculan que obtuvo unos 1.300 euros por este procedimiento.

Dos agentes asistidos

La Policía local había recibido dos denuncias y la Ertzaintza otras cuatro. En quince días, el individuo había atracado a punta de cuchillo el estanco Tavera de Rodríguez Arias (el viernes, 5 de abril), la farmacia de la plaza San José (al viernes siguiente), la farmacia de Hurtado de Amezaga y el Imaginarium (ambos el miércoles, 17 de abril), asalto este último que resultó frustrado al no llevarse nada. El 18 de abril atracó una farmacia de la Gran Vía, y el pasado sábado, 20 de abril, actuó en el Nanos de Máximo Aguirre, robo que no llegó a consumar por la intervención de la Policía.

Un total de catorce agentes de la Unidad de Investigación de Delitos de la guardia urbana y los conocidos como 'Iker' (patrullas de paisano) establecieron un dispositivo en la zona para capturar al atracador el sábado. Contaban con una imagen del autor de los asaltos tomada por las cámaras de seguridad de uno de los comercios asaltados. Las víctimas le describían como un tipo alto, delgado y de tez blanca. Además, siempre repetía el mismo patrón. A la hora en que solía actuar, un agente vio a un individuo que encajaba con el perfil que buscaban y decidió seguirle. Cuando observó que sacaba de los bolsillos de la chaqueta unos guantes -era un día caluroso-, el policía avisó a sus compañeros. Unos metros más allá, al doblar la calle, el sospechoso extrajo una visera y unas gafas de sol y se dispuso a entrar en un establecimiento. Cuando el hombre sacó un cuchillo de cocina de 18 centímetros de hoja en la puerta del local, seis policías se echaron encima de él y como ofreció resistencia, le redujeron. A raíz del forcejeo, un agente sufrió una distensión y otro tuvo que recibir asistencia, pero el ladrón fue detenido y puesto a disposición judicial. Le decomisaron la visera, las gafas, el arma y los guantes.

Según ha podido saber este periódico, el detenido, que asumió los hechos, alegó que robaba para jugar a las máquinas tragaperras. Hasta ahora, y tiene ya 49 años, no había tenido antecedentes relacionados con robos, solo uno por un delito contra la seguridad vial.