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Domingo, 7 de abril 2013, 02:46
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Tres ciudades del este de China -Shanghái, Hangozhoy y Nanjing- cerraron ayer sus mercados de aves, detuvieron su comercialización y comenzaron a sacrificar ejemplares para evitar la propagación del nuevo virus de la gripe aviar, que se ha cobrado ya seis víctimas mortales en el país. Ayer, las autoridades de Shanghái confirmaron dos nuevos casos, que elevan el número de infectados a 18, algunos de ellos en estado crítico. La nueva cepa, de momento, no se transmite entre humanos, por lo que la OMS descarta la posibilidad de una pandemia.
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