El UDL se desmorona tras el descanso

Tocado y hundido en apenas quince minutos. El UD Logroñés se volvió ayer de vacío de Vitoria al caer con justicia en Mendizorroza por dos goles a cero. El líder desmostró un dominio de los tiempos del partido y una profundidad que apenas alcanzó a asomarse en los blanquirrojos. El equipo riojano realizó una primera parte seria, aunque sin crear peligro. Tras el descanso, el Alavés salió con un plus de fuerza y verticalidad que se transformó pronto en el 2-0 definitivo, ante la impotencia absoluta de los de Pepe Calvo.

Apenas se vieron ocasiones durante los primeros 45 minutos de partido. UDL y Alavés pusieron intensidad sobre el césped de Mendizorroza, pero sin llegar a inquietar a Crespo y Sergio López.

Bien es cierto que el poco peligro generado venía del lado local. A los quince minutos, Sendoa recibió solo un centro desde la derecha y disparó con rapidez, pero el balón rebotó en Ormazabal. Poco después, una nueva internada blanquiazul por la banda derecha se perdió al no encontrar rematador en el área pequeña. El conjunto riojano se mostraba, en general, ordenado, aunque falto de ideas arriba. Más de una buena jugada se desperdició con pases inexplicables, donde no había ningún compañero, o con auténticas 'pedradas' en lugar de disparos. Barrón fue el más voluntarioso, y en una de sus internadas, a falta de diez minutos para el descanso, vino la ocasión más clara del partido para el UDL, cuando se marchó en jugada personal hasta la línea de fondo y su pase atrás rebotó en Rubio y salió desviado.

Poco más se disfrutó en la primera mitad, exceptuando un disparo raso de Guzmán que llegaba con potencia, pero que López atajó con acierto. Se marchaban así los dos equipos a los vestuarios con la sensación de igualdad en lo táctico, pero de mayor proximidad al gol por parte del Alavés.

Quinta marcha

Y con la reanudación se comprobó que los locales estaban dispuestos a dar algo más para buscar la victoria. No así el UD Logroñés, que quizá salió con un punto menos de intensidad que en el primer tiempo. Esa pequeña falta de concentración, unida a la mayor velocidad y profundidad que imprimió el Alavés a su juego hicieron que la balanza se decantase muy pronto del lado del líder del grupo. Tras un par de avisos, llegó el primer gol en el minuto 54.

Guzmán se cocinó él mismo una gran jugada, adentrándose en carrera en el área visitante y, tras deshacerse de Raúl Torres y Jano, que llegaba a hacer la cobertura en la derecha, batió desde lejos a Sergio López con un disparo cruzado.

Casi un minuto después estuvo a punto de llegar el segundo. El protagonista, otra vez, fue Guzmán, que ayer se convirtió en una auténtica pesadilla para la defensa del UDL. Con una nueva internada sacó un centro perfecto al que no llegó por muy poco Juanma, que entraba al remate completamente solo.

Trató de rehacerse el equipo riojano, pero sin convicción ni fuerza. Mario Barco remató en el minuto 60 un buen centro de Barrón, pero su cabezazo fue muy flojo y Crespo no tuvo problemas para atrapar el cuero. Y si en ataque no había verticalidad, en defensa se sufría con cada contra del Alavés, que ya jugaba con total comodidad, con el control absoluto del partido. Y le bastó una nueva jugada para matar al UD Logroñés. Borja Viguera controló maravillosamente con el pecho un balón que había salido rechazado, se dio la vuelta, se marchó de la defensa logroñesa con facilidad pasmosa y puso el 2-0 con un disparo ajustado al palo. Era el minuto 67

Ahí se acabó la historia. El Alavés bajó de nuevo el pistón y el UDL no tenía fuerza física ni mental para intentarlo. La próxima semana en Las Gaunas, duelo crucial frente al Real Unión. En juego, la tranquilidad.