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Chimo, durante un ejercicio de entrenamiento en un gimnasio logroñés. :: ÓSCAR SOLORZANO
«Me siento vacío el día que no puedo ir al gimnasio a golpear el saco»
DEPORTES LA RIOJA

«Me siento vacío el día que no puedo ir al gimnasio a golpear el saco»

'Chimo' Eddine, boxeador argelino afincado en Logroño desde los cuatro años, disputará mañana la final del 'Torneo All Star' en peso 'welter'

V. DUCRÓS

Jueves, 31 de enero 2013, 14:41

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Nedjme Eddine Belamri empezó jugando al fútbol. Sin embargo, poco a poco, se fue dando cuenta de que lo suyo no era el balón. Sentía más inquietud por el boxeo, por emular al gran Cassius Marcellus Clay, Jr (Muhammad Ali). «Me metí por hobby y tiré para adelante», admite 'Chimo', como se le conoce sobre el ring, boxeador argelino afincando en Logroño desde los cuatro años. Entonces tenía 17 años y uno más tarde ya comenzó a competir en torneos 'amateur' y neoprofesionales.

«Las primeras cinco veladas las gané. Debuté como neoprofesional hace tres años en Varea, contra Oleg». En su haber, más de 25 combates 'amateur' y neoprofesionales y un único objetivo en mente. «Yo quiero ser profesional».

'Chimo' recuerda cuando le dijo a sus padres que quería ser boxeador. «En principio se lo tomaron bien porque era un hobby; un día llegué con el ojo morado y me pidieron que me lo tomara con calma, que no me lo tomara tan en serio, pero ahora me apoyan en todo».

Por eso son una baza importante para esta joven promesa del boxeo, que reconoce que «ya de pequeño me metía en alguna pelea y vi que se me daba bien». Por eso optó por apuntarse a un gimnasio. Sabe que el mundo del boxeo es sacrificado. En una semana normal de entrenamientos, «por la mañana suelo ir a correr y por la tarde voy al gimnasio, salto a la comba, caliento los músculos, pego al saco, hago combates con el resto de compañeros, golpeo las manoplas, hago ejercicios enfrente de otro compañero, aprendo nuevas técnicas...».

Reconoce que el entrenamiento es lo más duro en el boxeo. «Es lo más importante, tienes que concentrarte mucho». La rapidez de movimientos es fundamental. El trabajo y la constancia le han llevado hasta la final del 'Torneo All Star' en 'peso welter', donde se verá las caras con Kerman Lejarraga -mañana, a partir de las 21 horas, en el Frontón Bizkaia. «Soy un boxeador muy técnico y mi mejor cualidad es que me muevo bien sobre el 'ring'».

Para él es fundamental seguir «cogiendo tablas, ganar a los rivales y que me sigan dando peleas, aunque aquí en Logroño hay pocas, para intentar pasar a ser profesional». «Quiero dedicar mi vida al boxeo. Ésa es mi expectativa. Me siento vacío el día que no puedo ir al gimnasio a golpear el saco».

Junto a él, Tito (Norberto Ruiz), su entrenador. «Él está siempre conmigo, me da consejos. Me dice siempre 'a ganar' y para ello hay que entrenar duro. Está detrás de mí todo el rato y repite todo el tiempo: 'hay que ganar Chimo, hay que ganar'».

Es consciente de que «según lo que entrenas más lejos llegas». Por eso confía en llegar al profesionalismo en menos de dos años. «Es muy sacrificado. Todos los días hay sudor y lágrimas, todos los días hay que ir al gimnasio, incluso cuando no puedes más hay que seguir entrenando. Lo mejor del gimnasio, el la ducha de después».

Pero también hay un problema económico. Costear el deporte no es económico. «Los promotores de las veladas te suelen pagar la gasolina. Por cada combate neoprofesional te pagan 180 euros y los 'amateur', 60. No es nada». Es el propio boxeador el que lleva la equipación, las medias, la vaselina. «Lo único que te dan son los guantes». Por eso «no me puedo permitir ir al Campeonato de España 'amateur'».

Sin embargo, es sincero a la hora de señalar que «no concibo mi vida sin el boxeo. ¡Qué mejor que estar en forma con el boxeo. No me veo en otra cosa, aunque he hecho un Grado Medio de Electricidad».

Echando la vista atrás recuerda su mejor momento en el boxeo. «Fue en Miranda de Ebro, en un combate contra Gaga Liparteliani. Era mi segunda pelea y ésa me llenó mucho. Aunque no gané». En el lado opuesto, «una en Vitoria. Empecé con un par de combinaciones y él me dio un cabezazo en el ojo. Sentí un dolor intenso y entonces se fue la luz en el pabellón. Fueron 10-15 segundos a oscuras y cuando volvió la luz tenía el ojo completamente hinchado. Apenas podía ver y no sé ni cómo terminé la pelea. Fue el momento más duro».

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