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Sergei Filin, durante una entrevista a REN TV en el hospital. / Reuters | Atlas
Desfiguran con ácido la cara del director del teatro Bolshói
CULTURA

Desfiguran con ácido la cara del director del teatro Bolshói

El bailarín Serguei Filin permanece ingresado tras ser agredido con ácido en Moscú

RAFAEL M. MAÑUECO

Sábado, 19 de enero 2013, 03:58

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Serguéi Filin, director artístico del Bolshói, el teatro de ópera y ballet más emblemático de Rusia y uno de los más prestigiosos del mundo, fue atacado de forma salvaje por un desconocido el jueves por la noche en Moscú, que le arrojó ácido concentrado en la cara causándole graves quemaduras. Los médicos intentaban ayer salvarle la vista. Nadie acierta a entender los motivos para semejante brutalidad, aunque se barajan varios, incluido el de una posible guerra soterrada por los roles a representar en los espectáculos.

Filin salía de un aparcamiento cercano a su domicilio en la céntrica calle Troítskaya de Moscú, cuando un individuo enmascarado le llamó por detrás. Al darse la vuelta, el atacante se acercó y le arrojó a la cara el corrosivo líquido. Los médicos luchan ahora por impedir que pierda la vista y planean enviarle después a un hospital de Bélgica para ser tratado de las quemaduras. Así lo aseguró ayer en una rueda de prensa Anatoli Iksánov, director administrativo del teatro. Según sus palabras, «no hay duda de que esta agresión tiene que ver con su actividad profesional».

La Policía coincide con Iksánov, puntualizando que por medio podría haber una guerra por los papeles más sobresalientes de las obras a representar, pero no descartan un «arrebato pasional» de alguna bailarina o bailarín despechados, ni tampoco que tenga relación con algún turbio asunto criminal y lo sucedido sea una advertencia mafiosa.

Filin, de 42 años, bailó en el Bolshói desde 1998. Después dirigió otro teatro de ópera y ballet, el Stanislavski y Nemiróvich-Danchenko de Moscú, y regresó al Bolshói en calidad de director artístico en 2011. Sustituía a Yuri Burlaka frente a otro candidato, Guennadi Yanin, que fue descartado después de que se difundieran por Internet fotografías suyas de contenido erótico. El canal ruso Ren-TV ofreció ayer imágenes desde el hospital de Filin con la cabeza vendada y explicando cómo fue el ataque: «Creí que iba a dispararme y traté de huir, pero me alcanzó y me roció la cara». Ekaterina Nóvikova, la portavoz del teatro, declaró ante las cámaras que el coreógrafo estará probablemente de baja unos seis meses y reconoció que, al igual que sus predecesores, Filin había recibido amenazas por teléfono, especialmente en los últimos meses, le habían rajado las ruedas del coche y los hackers habían intervenido su cuenta de Facebook. «Nunca llegamos a esperar que la guerra por los papeles podría llegar a tal nivel de brutalidad y delincuencia. Siempre nos pareció, y siempre quisimos creer que la gente del mundo del teatro tiene un mínimo de moral. Es por eso que esta historia es algo terrible», se lamentó Nóvikova.

El asunto ha desatado la indignación en el mundo artístico ruso. La bailarina Anastasía Volochkova, señaló que «el director del Bolshói toma decisiones muy importantes sobre la remuneración de los artistas, sobre quién interpretará cada papel y en general sobre sus ascensos y futura carrera». Según su opinión, «el puesto es complicado y de mucha responsabilidad». Desgraciadamente, añadía Volochkova, «hay que reconocer que, si la situación ha llegado a tal punto, es que al Bolshói ha llegado el crimen y con fuerza».

El Bolshói se ha visto frecuentemente salpicado por escándalos y la labor de Filin ha sido contestada y criticada por algunos artistas. Los bailarines Iván Vasiliev y Natalia Osípova abandonaron el teatro en protesta por el nuevo repertorio y por el estilo de Filin. Al teatro se le acusa también de fomentar la reventa y de promover el pago de aplausos. El edificio histórico del Bolshói estuvo seis años cerrado para su remodelación cuando el plazo previsto inicialmente era de tres.

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